La mejor forma de compartir un viaje es hacerlo con el amor de tu vida. Si aún no tienes pareja, abre tu mente y déjate enamorar por un auténtico viajero. Estos días Cupido anda suelto lanzando flechas, así que igual puedes encontrar el amor y hacer el viaje de tu vida justo en ¡San Valentín!

Seguro que alguna vez te has imaginado en destinos como París o Roma de la mano de tu pareja. También en lugares de cuento como Praga o Florencia. Incluso en sitios exóticos como Vietnam o la región turca de Capadocia. O, quizá, haciendo alguna excursión entre los espectaculares paisajes de Australia. ¿No sería fantástico compartir todas estas aventuras con alguien tan viajero como tú?

Pico Mua en Minh

Descubre las 10 razones por las que este San Valentín vas a querer abrir tu corazón y emprender el viaje de tu vida junto a un auténtico “trotamundos”.

1. Siempre tendrá alguna historia fascinante que contar

Viajando se viven muchas experiencias, eso está claro. Nunca habrá silencios incómodos, pues siempre habrá un tema recurrente de conversación. Te contará aquella vez que estuvo visitando la Zona Arqueológica de Tulum, como se perdió por las callejuelas de Venecia, sus aventuras por la Ruta 66... y un largo número de vivencias que te dejarán con la boca abierta.

Ruta 66

2. Siempre estará listo para vivir la próxima aventura

El verdadero viajero crea la aventura allá donde vaya. No tiene por qué ser un gran viaje, pueden ser cosas minúsculas del día a día: plantarse en tu casa a las tres de la mañana para disfrutar de un precioso amanecer desde algún mirador de tu ciudad; coger el coche un miércoles y conducir cuatro horas hasta la costa para que puedas ver el mar; sorprenderte con algún plan fuera de lo común, como ir a escalar o tirarse en paracaídas. Y a ti te encantará hacer todas y cada una de esas cosas.

3. Siempre dispuestos a probar nuevas gastronomías y sabores

Si ya ha probado los insectos fritos en Tailandia, cualquier otra cosa le parecerá una buena idea. Ir a ese nuevo restaurante vanguardista, experimentar en la cocina platos exóticos, probar ese cóctel hecho con sirope de palomitas… siempre que le propongas algo su respuesta será ‘sí’.

Mercado en Bangkok

4. Siempre están ilusionados

Su rutina será viajar. El resto del tiempo solo es un mero trámite para planificar nuevos destinos y esta vez, contigo a su lado. De esta manera, siempre tendrá una motivación en mente. Ser viajero es un estilo de vida, no lo olvides.

Pareja en la playa

5. Su casa estará llena de ‘tesoros’

Figuritas de madera de algún país africano, una botella de arena del desierto de Dubai, un juego de mesa de Argelia... su hogar no será como el de los demás, será mucho más interesante.

6. Se adaptan a cualquier situación social

Los viajeros son capaces de estar a la altura de cualquier situación, desde comer con el jefe de una tribu africana, hasta ir a merendar con tus padres, o enfrentarse al interrogatorio de la pandilla de amigos.

7. Su mente está viajando continuamente

Descubrir cosas nuevas es su pasatiempo favorito. Sabrá mucho, sobre casi todo: música, cine, teatro, lectura, arte… ¿Quién se puede aburrir con alguien así?

Planificando el viaje

8. Los viajeros no juzgan

Se han movido de un lado para otro, han conocido diferentes culturas, se han cruzado con gente muy diversa a lo largo y ancho del mundo. Entienden que cada persona tiene sus creencias y comportamientos. Te querrá tal y como eres.

9. Autoconocimiento

Un auténtico viajero, a veces viaja solo. Esto ofrece muchos momentos de soledad, que te permiten conocerte a ti mismo. Cada viaje conlleva una pequeña vida entera, por eso, quienes viven pensando en su próximo destino, son mucho más maduros que la mayoría.

10. Será un perfecto compañero de viaje

No hay nada mejor que descubrir el mundo con la persona que hace que tu día a día sea especial. Planificar, vivir y recordar esos viajes os hará ser una pareja más unida y duradera.

Si conoces alguna cualidad más que te haya enamorado de un viajero, cuéntanosla. Te leemos en nuestras redes sociales.

¡Feliz San Valentín!

Desierto