Inmensa, diversa, extrema, milenaria… Todo ello es cierto sobre China, pero también China es moderna y está en pleno proceso de transformación. Por todas partes hay ciudades en obras, repletas de grúas y modernos rascacielos. De Yunnan a Jiangsu, el viento del progreso sopla también en el campo.
9.600.000 km2, más de 1300 millones de habitantes y un sinfín de tesoros históricos, artísticos y paisajísticos ineludibles: la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano, los hutongs, los museos y templos, los guerreros de Xi’an, las megalópolis de Shanghai y Hong Kong, la venerable Pinyao, los canales de Tongli y Wuzhen, la China delicada y poética de Suzhou, la mítica Shangri-la, los arrozales de Yuanyang, Guilin y las orillas del río Li, las gargantas del Salto del Tigre, la montaña sagrada de Sichuan, las 50.000 esculturas rupestres de Dazu…, sin olvidar la ciencia exacta de su gastronomía.
En avión. Air China, Iberia y China Eastern Airlines con vuelos directos Madrid-Pekín, y otras compañías con escalas en ciudades europeas como Air France, British Airways, KLM, Lufthansa. Cathay Pacific une Madrid Hong Kong sin escalas.
El avión es lo más adecuado para las grandes distancias (de Pekín a Xi’an, de Xi’an a Shanghai, de Shanghai a Cantón...). El autobús para los trotamundos y el barco para recorrer el Yang Tsé Kiang (cruceros de 2 a 7 días). El tren para una inmersión progresiva en el país: en el caso de largos trayectos, tened presentes los trenes nocturnos, que resultan confortables, prácticos y con precios módicos. En Pekín y Shanghai el metro y los taxis no son caros.
En las grandes ciudades los albergues juveniles son una buena opción ya que los campings no existen en China. La alternativa de los hoteles va desde las grandes cadenas internacionales y hoteles-boutiques o con encanto a los de categoría media (de empresas chinas) y los pequeños alojamientos privados.
La Ciudad Prohibida, el Templo del Cielo, los jardines imperiales, hutong, siheyuan, partidas de mahjong, bicicletas, rickshaws… El antiguo Pekín y el ultramoderno os aguardan en la antigua ciudad imperial.
Ese dragón con su dorso almenado que se extiende a lo largo de 6.700 km. Con su desmesura arquitectónica y su belleza vertiginosa, la Muralla simboliza la civilización china.
Ciudad futurista y palpitante. Si bien el barrio de la ACF se ha mantenido intacto con sus callejuelas y residencias art déco, el futurista Pudong alza su skyline de torres de alta tecnología hacia el cielo del progreso.
¡Un millar de soldados de terracota, sobre un total estimado de 8.000, en uno de los emplazamientos arqueológicos más extraños del planeta, a 42 km de Xi’an! ¡22 impactantes siglos de antigüedad!
Los paisajes que rodean Yangshuo, de serena y majestuosa belleza, ofrecen un perfecto contrapunto a la agitación de la ciudad. Para disfrutar de ellos podéis surcar el río Li o recorrer los arrozales en bicicleta.
Faro del capitalismo en Asia la primera y heredera de un importante patrimonio arquitectónico la segunda, estas antiguas colonias se asientan en el río de las Perlas, una de las zonas más prósperas de China.
Al abrigo de sus célebres murallas, Pingyao testimonia las tradiciones chinas de los últimos seis siglos. Sus venerables casas de madera y sus calles conservan pequeños comercios y reúnen a jugadores de mahjong y vendedores callejeros. ¡Un encanto increíble!
A menos de 2 h de carretera de la trepidante Shanghai. Sus redes de callejuelas peatonales flanqueadas por elegantes casas que escaparon a la Revolución Cultural procuran la increíble sensación de deambular por museos al aire libre, escaparate de otro tiempo.
Los jardines tradicionales dispersos por esta ciudad-jardín son de los más bellos de China. Patrimonio Mundial, simbolizan el Universo en miniatura y son testimonio de una civilización ancestral, fruto de la sabiduría, la filosofía y la estética chinas.
Fruto de las técnicas de cultivo desarrolladas por los hani, que cincelaron la montaña, excavaron estanques en horizontal y construyeron miles de pequeños diques de contención. Una obra de titanes.
El último yacimiento rupestre de Asia y del mundo donde hace ocho siglos los artistas esculpieron a Buda y al budismo en la roca. De los 43 sitios enumerados en la región, Baoding y Beishan son los más grandes y los mejor conservados.
Cubierta de templos y sumergida en magníficos bosques neblinosos, el monte Emei y los montes Quincheng, Patrimonio Mundial, embelesarán tanto a excursionistas como a contemplativos.
En el norte de Yunnan, en las gargantas del Salto del Tigre, las más bellas y profundas de China. También en el valle de Jiuzhaigou, donde el agua fluye por mil caminos y la fauna incluye desde osos panda a cérvidos y faisanes.
En los restaurantes populares podréis degustar los platos de las cuatro grandes tradiciones culinarias (Pekín, Cantón, Shanghai y Sichuan). Disfrutad también el instante mágico de la ceremonia del té, según un ritual milenario.
Navegando por el río más grande del país, en un recorrido espectacular llegaréis a la presa de las Tres Gargantas, en Hubei, la presa hidroeléctrica más grande del mundo.
En los confines de Yunnan y del mundo tibetano, hacer girar las ruedas de oraciones del monasterio Songzanlin y escuchar a los monjes recitar sus mantras.
Uno de los más baratos de la ciudad y uno de los mercados de antigüedades más grandes de China. Encontraréis todo tipo de objetos. El animado ambiente hace que la visita sea agradable.
Muy picante, en un buen restaurante tradicional de Chengdu. Echaréis fuego por la boca al probarla.
Contemplar una espectacular vista panorámica de la ciudad y de su impresionante bahía, donde todavía hoy podréis ver los tradicionales sampanes junto a enormes embarcaciones modernas.
Dando la vuelta al lago en bicicleta, pasando por pagodas y jardines zen, en una de las ciudades más agradables de China.
En Yungang, a unos 15 km de Datong. Una maravilla del arte budista: 245 cuevas que albergan 51.000 estatuas del siglo V apenas realizadas en 60 años, con influencias persas, griegas e indias.
El jardín es el espacio para el tao, para el placer, lejos de las rígidas reglas de la sociedad. Desde que amanece los parques públicos se llenan de practicantes de taichí, danzas en grupo o coros, de jugadores de mahjong o ajedrez, de aficionados a la caligrafía, de botánicos…