Con más de 9.300.000 km2 y 320 millones de habitantes, este país con “demasiada geografía pero con poca historia”, concentra en la vertiente occidental de las Rocosas las más impresionantes formaciones geológicas del planeta. Territorio del siux Toro Sentado, Billy el Niño, Búfalo Bill, apaches, navajos, sheriffs, vaqueros, rangers, bisontes, serpientes de cascabel, grizzlies y alces... Nada que no hayáis visto en las películas. Pero, levantaos de la butaca del cine y embarcaos en la aventura de conocer lo que visteis en la pantalla: conducid vuestra autocaravana a través de los 4.000 km de la Ruta 66 –la calle principal de América–, dejaos embargar por la inmensidad del Valle de la Muerte, los farallones rojos de Zion, las columnas rocosas de Bryce, los picos de roca roja de Monument Valley, Antelope Canyon, Grand Canyon, Death Valley, las secuoyas de Yosemite y, más al norte, el Grand Teton y Yellowstone.
Ocho horas menos en invierno con respecto a España Peninsular.
En avión: no hay vuelos directos al oeste de Estados Unidos, hay que hacer escala en otras ciudades americanas. Las compañías europeas hacen escala en el país de la empresa en cuestión.
En esta región de inmensos espacios, lo ideal es el coche. Todos son automáticos. La gasolina es barata, aunque las diferencias de precio entre Estados y marcas pueden ser notables.
Hay distintos tipos de alojamiento, desde el cámping al palacio retro pasando por los albergues juveniles, ranchos, Bed & Breakfast, boutique hotel y el inevitable motel.
A 200 km al noroeste de Las Vegas, es el parque nacional más extenso de EE.UU. y el punto más cálido y árido del país. A la hora en que todavía hace una temperatura soportable, la paleta de colores de la roca se expresa en todo su esplendor.
Dominado por la cadena montañosa de Teton Range y pegado al flanco sur de Yellwstone, es un espacio «para vivir»: ir en bicicleta, ir de pícnic, hacer senderismo, alquilar una canoa, nadar en sus lagos, pescar…
Situado en la columna vertebral de las montañas Rocosas, es el más antiguo de los parques nacionales del país y una de las maravillas naturales del mundo. Sus paisajes se originaron en el big bang de hace 640.000 años.
Al suroeste de Utah, gargantas abruptas, dunas petrificadas, formaciones rocosas cubiertas de estrías regulares… Zion se visita desde abajo, subiendo por sus escarpados senderos desde el fondo de valles encajonados.
A una decena de kilómetros de Moab, más de 2.000 arcos de piedra formados por las grandes oscilaciones térmicas y las fuerzas aunadas de la naturaleza, lluvia, nieve, hielo…
848 km2 que conforman un conglomerado de los paisajes más grandiosos del Oeste: inmensidades de color rojizo, puentes de piedra natural, ruinas de pueblos indios y profundas gargantas.
Erizado de chimeneas sin humo, cuyas columnas de color ocre se elevan hacia el cielo, es un mito del cine. Territorio de los navajos, solo tendréis que imaginar a los cowboys y los indios de los grandes westerns.
Desde el sur de Utah hasta el norte de Arizona, esta fantástica falla erizada de picos majestuosos es uno de los fenómenos geológicos más increíbles del mundo.
Acampar en alguno de los campings «primitivos» en el corazón del parque Yosemite y subir al Glacier Point al ponerse el sol. ¡Una verdadera vida de tramperos!
Disfrutar de una alucinante vuelta al mundo nocturna en el Strip, una inmensa avenida rectilínea donde se suceden hasta perderse de vista los megahoteles-casino con decoraciones a cuál más extravagante y lujosa.
En Williams (Arizona), subir a bordo del Gran Canyon Railway, un tren histórico que 2.15 h más tarde llega a las puertas del Gran Canyon.
Y admirar la arquitectura de los diners y moteles vintage que la jalonan. Un recorrido de casi 4.000 km a través de ocho Estados. ¡Vamos, en marcha!