El surfista busca la ola perfecta que lo impulse con fuerza sobre el agua. El aficionado al parapente, la térmica ideal que lo eleve alto como las aves. Y el motorista en ruta, la curva que lo hunda en el paisaje y le haga sentir que vuela ligero como el aire. Y como todo viaje, inevitablemente, tiene un punto de llegada que se elegirá con cuidado en el camino. Ciertamente se buscará un pueblo encantador, una ciudad excepcional, un rincón único pero lo que más importará será no el destino elegido sino el camino por recorrer.
Viajar en moto permite el contacto directo con la carretera, la inmersión total en el paisaje, algo que el automovilista no tiene ocasión de degustar. Quizá ahí radica la esencia del viaje en moto, lo que provoca el disfrute de devorar kilómetros por tortuosas carreteras que se pierden en el horizonte.
Hoy os dejamos un espectacular vídeo de motos por la carretera a mayor altura del mundo, en Nepal, atravesando parajes y ciudades singulares.
Que lo disfrutéis y os abra, aún más si cabe, el apetito de viajar en moto.
Texto: Pedro Pardo