El cauce del Ebro, que cruza La Rioja de norte a este, concentra en las amplias márgenes de su curso alto, entre Haro y Logroño, la mejor y mayor producción de los afamados vinos de la Comunidad. Fue precisamente en Haro donde comenzó a fraguarse, a finales del siglo XIX, el desarrollo moderno de las bodegas riojanas, aunque el arraigo del cultivo de la vid en la zona es mucho más antiguo.



El microclima de esta comarca, al abrigo norteño de la sierra de Cantabria y con la protección meridional de los macizos montañosos de las sierras de Cameros y la Demanda, la idoneidad del sueño y la maduradora acción del sol suelen esgrimirse como las principales causas de la excelencia de las uvas que aquí se cultivan. Además, claro está, de una secular habilidad de las gentes riojanas, en buena medida adoptada de la tradición del Mediodía francés. Este recorrido que podríamos denominar "los caminos del vino", a través de un paisaje repleto de sotos ribereños y con algunos espectaculares meandros del gran río ibérico, incluye los centros más destacados de la Denominación de Origen calificada Rioja, algunos de los cuales poseen además un interesante legado monumental.
Te vamos a proponer algunas paradas que no deberías perderte en esta ruta:

Logroño

Si tenemos que empezar por algún sitio lo más adecuado será iniciar la ruta del vino en la propia capital. En el casco viejo de la viejo de la ciudad quedan aún suficientes huellas de las numerosas bodegas que allí existían. Te recomendamos que no te pierdas algunos de sus rincones más emblemáticos como la concatedral de Santa María la Redonda, levantada en el siglo XV sobre la poligonal iglesia románica de San Lucas, a la que debe el nombre de La Redonda. En sus aledaños, el palacio de los Chapiteles, la iglesia de San Bartolomé o el palacio de Espartero.
No olvidemos que la entrada de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago se realiza por el puente de piedra sobre el río Ebro.
Aunque si hay uno de los rincones emblemáticos en Logroño esa es la calle del Laurel, también conocida como la senda de los elefantes, que en apenas 50 metros tiene la mayor concentración de mesones y bares, hasta 60. Los mejores pintxos de la gastronomía riojana los encontrarás allí. Date un paseo a la hora del aperitivo y cuéntanos qué tal.

San Asensio

Junto con las cercanas poblaciones de Hormilleja, Hormilla, Alesanco, Cordovín y Badarán, San Asensio encabeza la llamada Costa del Clarete por la gran calidad de los vinos rosados que se producen en la zona.
A las afueras de esta localidad destaca un conjunto de espaciosos edificios que corresponden al monasterio de Nuestra Señora de la Estrella, antigua fundación de los monjes jerónimos, hoy dedicado a tareas de enseñanza y centro de juventud.
La mayor parte de las dependencias fueron reconstruidas tras el estado ruinoso en que quedaron después de la Desamortización, pero aún se conserva un austero claustro gótico. En dirección al pueblo, enseguida sobresale la airosa torre barroca que corona la iglesia de la Ascensión, templo de los siglos XV y XVI. Las grandes casonas de piedra, muy numerosas y muchas de ellas blasonadas y vigentes en su empleo como bodegas, hace que muchos afirmen que San Asensio es el lugar con más bodegas de La Rioja.
Hay muchas opciones, muchas bodegas familiares, más de 300, en el denominado Barrio de las Cuevas de San Asensio, pero nos llama la atención una, Bodegas Lecea que permite al visitante recorrer alrededor de 300 metros cuadrados de calados subterráneos, rodeados de cubas, pellejos y otros objetos ya olvidados en el tiempo y que en estas bodegas quieren recuperar con tradiciones centenarias como el pisado de la uva que celebran este año el 10 de noviembre (día que varía según la fecha de la vendimia).

Casalarreina

Una parada se merece el monasterio dominico de Nuestra Señora de la Piedad (siglo XVI), obra del gótico final con elementos platerescos en la hermosa fachada. El interior no deja de asombrar, de estilo isabelino, consta de claustro e iglesia de una sola nave con capillas laterales.

Si decides alojarte en esta zona te recomendamos que elijas la Hospedería que está junto al propio monasterio, Hospedería Señorío de Casalarreina, levantarte por la mañana y admirar, incluso casi tocar, la portada de la iglesia que muestra a modo de retablo una Piedad en el tímpano y a Adán y Eva a los lados te traslada a otro tiempo. Y si puedes rematar con un festín gastronómico en La Vieja Bodega  que mezcla tradición y sabores de la tierra con cierto aire moderno y una carta de más de 400 vinos, y no solo riojanos.

Haro

Puede considerarse desde el punto de vista enológico, la capital de La Rioja, y por tanto, el eje central de esta ruta. Fue un antiguo señorío de los López de Haro (siglo XI). El centro neurálgico de la ciudad es la plaza de la Paz, presidida por el Ayuntamiento. Al salir de ella, accediendo por la calle de Santo Tomás, entramos en el casco antiguo, conocido como La Herradura. Piérdete por sus calles hasta encontrar la iglesia de Santo Tomás de estilo gótico tardío. Otros lugares de interés son el palacio de los Condes de Haro, el palacio de la Cruz, el ex convento de los agustinos (hoy convertido en un lujoso hotel), el palacio de las Bezaras y la basílica de Nuestra Señora de la Vega.
Por supuesto, no puedes irte de Haro sin visitar algunas de las grandes bodegas Como CUNE, Bodegas Bilbaínas, López de Heredia Viña Tondonia o Muga.

San Millán de la Cogolla

La historia de este importante lugar comienza cuando un pastor llamado Emiliano o Millán decide retirarse en el siglo VI para lleva una vida ascética en una cueva. Ese fue el origen de un eremitorio en los siglos VI y VII que daría paso al monasterio de Suso (el de arriba) y años más tarde, en 1503, al de Yuso (el de abajo), en torno al cual fue surgiendo el pequeño pueblo. Durante la Edad Media fue un importante paso de peregrinación jacobea, decayendo después del Renacimiento. Este centro monástico desempeño un papel cultural muy relevante, pue en él se guarda el legado más importante de nuestra cultura: las Glosas Emilianenses, consideradas las primeras palabras escritas en castellano. Dos siglos más tarde, Gonzalo de Berceo, nacido en el pueblo -Berceo- cercano y educado en el monasterio de Suso, escribió su obra poética en un depurado castellano.

Santo Domingo de la Calzada

Situada en una llanura Ahóndiga a orillas del río Oja, todo en la ciudad, desde el nombre, la historia, las fiestas y los monumentos se deben a la ruta jacobea. En el siglo XI, un ermitaño llamado Domingo, para facilitar el camino a los peregrinos, construyó una calzada, un puente, una ermita y un hospital, en torno a los cuales fue surgiendo una próspera villa de fuerte carácter comercial. Cuando la ruta de peregrinación entró en decadencia (siglo XIII), Alfonso VIII concedió a Santo Domingo los fueros en 1187 y 1207 para potenciar su crecimiento. Hoy, Santo Domingo de la Calzada, Conjunto de Interés Histórico-Artístico desde 1973, sigue siendo una de las etapas más importantes del Camino de Santiago.La visita de la villa de Santo Domingo se organiza intramuros, alrededor de la plaza del Santo. El callejeo por su casco histórico es imprescindible para evocar el fenómenos de las peregrinaciones. Desde la plaza de España o Mayor se alza el Ayuntamiento de estilo barroco, la alhóndiga y el edificio del Corregimiento, cárcel del siglo XVIII.
No te pierdas el antiguo hospital de peregrinos, hoy Parador de Turismo y la románica iglesia de Nuestra Señora de la Plaza.

Nos dejamos un montón de sitios espectaculares como Briñas, San Vicente de la Sonsierra, Fuentemayor, Cenicero, Ollauri, Cihuri…. Así que te recomendamos nuestra Guía Viva La Rioja para seguir descubriendo callejuelas, rincones, monasterios, iglesias, conventos, monumentos y por supuesto, no te olvides de maridar todo ello con la excelente gastronomía y los vinos de la zona. ¡No te arrepentirás!