En estas fechas las calabazas de Halloween conviven con pestiños, panellets, castañas, huesos de santo y otros dulces típicos, lo que nos hace pensar que cada vez celebramos más, y por todo el mundo.

El verdadero origen de la fiesta

En realidad, es una festividad de origen celta (Samhuinn o Samhain) en la que se celebraba el fin de las cosechas y del buen tiempo, la luz y la fertilidad. Para los antiguos celtas, que a finales de octubre se asomaban a la fría oscuridad invernal, era también el momento en que el mundo de los vivos más se arrimaba al de los muertos. De ahí su nombre, Halloween, una variación de la expresión inglesa All Hallows' Eve, o lo que es lo mismo, “víspera de todos los santos”.

Los romanos —tan pragmáticos ellos— asumieron como propia la festividad celta en cuanto ocuparon sus territorios, pues ellos mismos también contaban con sus ritos para festejar la cosecha recién finalizada a últimos de octubre. Lo mismo hizo la Iglesia Católica, dispuesta a relevar las galas paganas por las suyas propias. Además, como no había suficientes días para rendir homenaje a la muerte, de tantos mártires como hubo en la iglesia primitiva, señalar un día común para honrarlos a todos les vino como anillo al dedo. Fue Gregorio III quien, a mediados del siglo VIII, consagró el 1 de noviembre como aniversario de Todos los Santos.

Halloween y sus tradiciones permanecieron firmemente enraizadas en Irlanda y Escocia, y emigraron a Norteamérica a mediados del siglo XIX, junto a los miles de irlandeses que huían de la Gran Hambruna. Estados Unidos pronto adoptó los colores propios de aquella festividad (negro, naranja y morado), la jack-o'-lantern (la calabaza tallada), el trick-or-treating  (el famoso truco o trato de los más pequeños) y otros mitos y leyendas irlandesas, así como la costumbre de disfrazarse con ropas y máscaras aterradoras para confundirse entre los espíritus de los muertos que rondan en la noche del 31 de octubre. Ya en el siglo XX, el cine y la televisión se ocuparon de fijar y extender por todo el mundo el costumbrismo y la estética de Halloween.
En el caso de España podría parecer una invasión cultural pero lo cierto es que nuestra herencia celta ha preservado ciertas tradiciones que guardan curiosas semejanzas con Halloween, como el mito gallego de la Santa Compaña o la costumbre, en algunos pueblos castellanos, de tallar e iluminar calabazas (o calabacines o botijos) para atraer a los buenos espíritus en la noche de Todos los Santos.

Viaja a Minnesota si quieres vivir el verdadero espíritu de Halloween

Sea como fuere, para vivir la fiesta de Halloween como mandan los cánones hay que desplazarse a Anoka, en el estado de Minnesota (Estados Unidos), que se proclama como la capital mundial de la fiesta (y hasta lo ha registrado como marca). Se cuenta que en 1920 Anoka fue la primera ciudad norteamericana que decidió organizar la fiesta de Halloween con desfiles de disfraces, juegos, concursos de casas engalanadas, etcétera.

De hecho, un buen número de localidades de Minnesota han hecho de Halloween y su universo tétrico el principal atractivo turístico en esta época del año, aderezado con unos cuantos zombis, tan de moda últimamente.

Si te decides por viajar hasta Minnesota te recomendamos que no olvides llevar contigo la guía Trotamundos de Estados Unidos. Noroeste para que no te pierdas ni un detalle.

Edimburgo o el viaje al origen celta de Halloween

Si no te viene bien desplazarte al estado donde se acuñó y propagó la estética halloweeniana en su aspecto más kitsch y cinéfilo, puedes ir en busca de sus raíces celtas en Escocia, concretamente a Edimburgo, que seguramente es la ciudad con mayor número de fantasmas por metro cuadrado de todo el mundo. Nuestra guía Trotamundos Escocia te orientará tanto si te adentras en el tétrico pasaje Mary King’s Close de la capital como si quieres cruzarte con los espíritus que deambulan por los páramos o las frías estancias de los miles de castillos.

El carnaval macabro de Halloween en Irlanda

Irlanda tampoco olvida la fiesta que antaño equivalía al fin de año celta y que ahora es un carnaval macabro. Así lo han entendido en Derry (Irlanda del Norte), donde se celebra eso, el carnaval de Halloween, al que acuden muertos vivientes de todos los rincones de la isla. Si prefieres recorrer Dublín te recomendamos nuestra guía Trotamundos Experience. Seguro que no te faltará diversión si decides que sea tu destino para viajar y celebrar Halloween.

Para entrar en materia, el Irish Film Institute acoge, en los días previos, el festival de cine Horrorthon, en el que proyectan los más recientes títulos del género gore y de terror. En la noche de los muertos vivientes, la Halloween Parade marca el punto álgido de la fiesta, que se prolonga hasta altas horas en todos los pubs de Temple Bar.  

¡Viva Halloween… en México!

El 2 de noviembre se celebra en México una de sus fiestas más tradicionales, la Fiesta de los Muertos, que data de la época prehispánica. En todos los hogares se instala un altar, espléndidamente adornado con objetos que pertenecieron a los difuntos. En él se depositan las ofrendas: las famosas calaveras de azúcar, el tradicional pan de los muertos, las frutas y los platos que más gustaban al difunto. El 1 de noviembre es el día de los niños muertos, mientras que el 2 de noviembre está dedicado a los adultos difuntos.

Las familias mexicanas van acompañadas de sus deudos al cementerio con la merienda. Ya en el lugar, limpian la tumba, ponen flores al difunto, repintan la cruz, plantan un nuevo arbusto y, por supuesto, comen y beben sentados encima de las losas de mármol o a la sombra de alguna sepultura. Los mariachis también están presentes, y todos se ponen a cantar. El suelo se cubre de botellas vacías y muchos pasan toda la noche en el cementerio, a la luz de las velas. Un espectáculo digno de vivir, si estás por allí estos días echa un ojo a nuestra guía Trotamundos México  para que no te pierdas nada.

Y tú, ¿dónde vas a celebrar Halloween?

 

Texto: Francesc Ribes y equipo editorial de Anaya Touring
Fotografías: Carlos Mora, madrugadaverde, bennymart, Kobby Dagan, Nebojsa Markovic  / 123 RF  y IKAPOW Pauline Garcia / Dreamstime