El 90% de las personas estamos de acuerdo en que viajar supone la actividad de ocio que más beneficios y aprendizajes nos aporta en nuestra calidad de vida ¿Sabes a qué se debe? Gestionar y experimentar cualquier viaje nos facilita descubrir diferentes culturas, personas, nuevos lugares y hábitos sociales que te permiten conocerte, valorar lo que tienes y saber cómo deseas vivir.
Cuando hablamos de viajar es bueno recordar que, para ello, no tenemos que movernos hasta el otro lado del mundo. Simplemente una escapada de fin de semana cerca de tu zona habitual conlleva muchos de los factores saludables que arriba hemos mencionado. El más importante y el que, en ocasiones, más quebraderos de cabeza nos da viajando es salir de tu zona de confort.
Dejar a un lado nuestra rutina cuando viajamos, así como los preparativos de las vacaciones hasta llegar a nuestro destino supone a tres de cada cinco españoles padecer ansiedad. En España somos líderes en consumo de ansiolíticos cuando el verano y la Semana Santa se acercan.
Los datos extraídos de diversos estudios confirman que una de cada diez personas sufren los siguientes síntomas a lo largo de un viaje: palpitaciones o aumento de la frecuencia cardiaca, sudoraciones, mareos, náuseas o dificultad para conciliar el sueño entre otros. Si percibes alguna de estas señales probablemente estés sintiendo ansiedad. De acuerdo con las últimas encuestas, la ansiedad ya es el segundo problema mental más mencionado por los españoles cuando se trata de viajar.
Si es tu caso, no te preocupes porque a continuación te ofrecemos 3 consejos imprescindibles para que te levantes del sofá y agarres tu equipaje con la ilusión que merece tu aventura. Para disfrutar de unos pensamientos más realistas que te permitan dejar a un lado la ansiedad viajando, te invito a practicar estas tres estrategias infalibles:
- Plantéate si tu pensamiento se da en todas las situaciones. Echa mano de tu memoria y recuerda el resultado de tu pensamiento ansioso en anteriores ocasiones. También puedes preguntarte ¿conozco a alguien que le haya sucedido lo mismo? ¿cómo lo solucionó? No estás solo, pregunta a tu entorno para restar valor a tu creencia ansiosa.
- Pregúntate si tus pensamientos se ajustan a la realidad. Para ello pide opinión de un amigo o familiar, alguien de confianza que te pueda dar su punto de vista, a ser posible neutral, desde fuera. Cuando estamos ansiosos creemos que todo lo que pensamos en el momento es real por eso, no es conveniente hacer este ejercicio si sientes un nivel alto de ansiedad.
- Calcula el riesgo y la probabilidad de que se materialicen. Calcula de nuevo la probabilidad de que los pensamientos que te generan ansiedad se suelan convertir en realidad. Cuando sentimos ansiedad es normal que exageremos las probabilidades de que ocurra lo peor. Por eso piensa en la probabilidad real y sé realista empleando pruebas si es necesario. Si te da ansiedad, por ejemplo, volar en avión piensa que la probabilidad de que ocurra un accidente aéreo es de 1 entre 5.000.
Antes de continuar te desvelaré un secreto importante, y es que eliminar los pensamientos ansiosos puede comprender cierta dificultad, pero para nada tiene que ser motivo de desmotivación, sino todo lo contrario. El hecho de ponerte en aviso ante esta dificultad te ayudará a evitar otros pensamientos negativos como “no puedo, o no seré capaz…”.
Recuerda que, como todo lo bueno en la vida, transformar tu mente y pensamiento requiere de tiempo. El mejor truco para emplear a lo largo de este proceso que ya has comenzado es valorar la realidad de tus creencias, observarlas y generar así cambios mucho más efectivos y poderosos.
Encontrarás estos y muchas otras estrategias en libro que Paula Díaz acaba de publicar en Oberon, titulado Supera tu ansiedad . Y, además en este link encuentras toda la información que necesites sobre superar la ansiedad en cualquier situación.
Ahora que ya tienes todo lo que necesitas para, mentalmente, disfrutar al máximo tu viaje te propongo que tomes unos minutos para pensar cual será tu próximo destino. Y, por supuesto, pases a la acción. Como decía Herman Zapp, no olvides que “los sueños no están para ser cumplidos. Están para ser vividos.”
Agarra tu mochila que… ¡EMPIEZA EL VIAJE!