A finales de marzo se produce el equinoccio de primavera y la entrada oficial de la nueva estación. Si bien la naturaleza lleva ya un buen tiempo manifestando sus cambios, es sin duda una señal definitiva la llegada de los ruiseñores a nuestros campos, llenándolos de alegría con sus cantos.

1. Somiedo (Parque Natural y Reserva de la Biosfera)

Se encuentra situado en el sector meridional de Asturias y se accede por la carretera AS-227. Está compuesto por cuatro valles, que se corresponden con los cuatro ríos que surcan su territorio: Somiedo, Pigüeña, Valle y Saliencia. Cuenta también con numerosos lagos y lagunas, destacando los lagos de Saliencia y el Lago del valle.
En Pola de Somiedo se halla el Centro de Interpretación del Parque en el que te informarán de todos los valores naturales y de las rutas que podrás realizar. Algunas de dificultad baja, como la ruta del Valle del lago o las rutas de la Braña de Mumian o de la Braña de Sousas, y otras que suponen una mayor aventura, como las de la Braña de Saliencia o la ruta de los Lagos.

Si llevas prismáticos (nosotros aconsejamos llevarlos en todas las rutas) es posible admirar la rica fauna de Somiedo en la que es el Oso Pardo su gran protagonista. También podremos observar corzos, rebecos, jabalíes, ciervos y difícilmente, aunque siempre posible, algún urogallo (en peligro de extinción) por lo que la conservación de su hábitat en el parque es de vital importancia para su supervivencia.
En nuestra guía Asturias Total  podrás ampliar información sobre esta fantástica escapada.

2. Los Monegros 

A los que accedemos por la autovía A2. Nada más pasar Zaragoza ya se nota que estamos en Los Monegros, un destino impresionante.
La primavera es sin duda la mejor época del año para visitar esta comarca de paisaje lunar infravalorado, ya que constituye un espacio natural de primer orden no solo en nuestro país, sino en el conjunto del continente europeo.
Acoge a más de 600 especies botánicas diferentes y es una de las áreas esteparias más impresionantes del sur de Europa. Hay cientos de rutas, unos 1000 km para poder recorrer la zona.

La Sierra de Alcubierre divide en dos a los Monegros y durante la primavera la variedad de flores es inmensa: amapolas, adonis, orquídeas, teucrios, e incluso tulipanes silvestres.
Para los amantes de las aves acuáticas, el paso migratorio primaveral es un momento idóneo para acercarse hasta la laguna de Sariñena (al norte de los Monegros), una de las más grandes del país y donde se han llegado a contabilizar más de 200 aves, como el somormujo, el cormorán, la garcilla bueyera, garza imperial, ánade real, pato cuchara y el escaso aguilucho lagunero…
Además, son muy apreciadas y típicas en este lugar las sabinas, un árbol arraigado aquí desde eras prehistóricas y que se aclimata perfectamente a las condiciones de sequía y heladas nocturnas.
Encuentra todo esto y más en nuestra Guía Total de Aragón.

3. Sanabria (Parque Natural)

Se encuentra situado al noroeste de Zamora y accedemos a Puebla de Sanabria, centro neurálgico de la visita al parque, por la carretera A52 o la N-525.
Hace unos 7.000 años un impresionante glaciar con lenguas de hielo de más de 20 kilómetros dio lugar al actual lago con una longitud que sobrepasa los 3 km y una profundidad que alcanza los 53 m.

Cuando en marzo florecen los sauces en torno al lago, aún abunda la nieve en las cumbres. Algo más tarde reverdecen los prados y pajarillos como los escribanos montesinos, carboneros o los pinzones se establecen en los alrededores del lago.
Podremos observar en sus inmediaciones a los topos excavando sus galerías y a la nutria y al desmán merodeando por sus laderas.
Todo un paisaje sonoro y colorido que no debes perderte y que te detallamos ampliamente en un nuestra guía Total de Castilla y León.

4. Tablas de Daimiel (Parque Nacional)

Se encuentra situado en la provincia de Ciudad Real y se accede al parque desde Malagón o Daimiel por la CM-4114.
Las Tablas son un inmenso encharcamiento que se produce por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Cigüela.
Aunque todos los grupos faunísticos están representados en este ecosistema, es la fauna acuática la más reseñable. Con las lluvias primaverales acuden aquí a criar grandes contingentes de aves como el pato colorado, el porrón europeo, la garza imperial o la garcilla bueyera.
En cuanto a la flora destacan la masiega o las ovas, plantas subacuáticas que tapizan el fondo de las tablas y que constituyen una fuente alimenticia de primer orden para las aves.
La visita es libre y gratuita a través de 3 itinerarios:
Sendero de la Isla del Pan, Sendero de la Laguna Permanente y Sendero de la Torre del Prado Ancho.
Para no perderte nada, haz buen uso de nuestra Guía Total de Castilla-La Mancha .

5. El Calar del río Mundo (Albacete)

Para acceder tendremos que llegar a Alcaraz por la carretera N322 y de allí a Riópar por la CM-412 y a 5km tomar el desvío a “Los Chorros”.
La cueva de Los Chorros constituye el nacimiento del río Mundo. Pocos ríos tienen un origen más impresionante; una larga cascada que cae desde una apertura situada a 160 m.
Al final de su caída la cascada vierte en unas pozas de aguas cristalinas conocidas como Las Calderetas. En las temporadas muy lluviosas se puede producir lo que por la zona se denomina “reventón” donde el agua satura la salida de la cueva y se produce una verdadera explosión.
Junto al río crece una vegetación frondosa en la que predomina el fresno y el olmo de montaña. El agua corre entre los recovecos de la roca tapizada de musgo creando bellas charcas de un color verde esmeralda.

Por las inmediaciones no es difícil contemplar el mirlo acuático, escuchar el canto de los ruiseñores o divisar alguna lavandera, mientras que los prados cercanos al agua están invadidos por flores de primavera como margaritas, campanillas y rosas de Alejandría.
Si quieres saber más de este u otros lugares cercanos de gran belleza para visitar en primavera consulta nuestra Guía Total de Castilla la Mancha.

6. Sierra de Grazalema (Parque Natural y Reserva de la biosfera)

Se encuentra localizada al noreste de la provincia de Cádiz y al noroeste de la de Málaga. El Parque cuenta con una extensión de unas 53.000 hectáreas y es una zona de especial protección para las aves.
Las precipitaciones aquí llegan a ser tan altas como en las zonas más húmedas de Galicia o el Pirineo. El agua ha erosionado estas montañas por la disolución de la roca caliza, formando complejas redes de galerías interiores, cuevas y simas por las que discurren corrientes subterráneas.
En las cumbres en la llamada Sierra del Pinar crecen bosques de una especie de abeto exclusiva de esta zona de Andalucía; el Pinsapo, reliquia vegetal del periodo Terciario y que crece a partir de los 1.000 m de altura. Algunos ejemplares cuentan con más de 500 años y miden hasta 30 m de envergadura y más de 1m de diámetro.
Para visitar el Pinsapar en necesaria autorización. Se gestiona en el Centro de Visitantes El Bosque, preferentemente por correo electrónico: cvelbosque@reservatuvisita.es, o en el teléfono: 956 709 733.

En la sierra de Grazalema abundan las saucedas que componen el bosque en galería y donde viven y crían por estas fechas mirlos acuáticos y lavanderas.
El caudal del río El Bosque es potente en primavera y en sus laderas abundan los herrerillos, los carboneros, las currucas y otros pajarillos, mientras que en las aguas nadan truchas y barbos.
El buitre leonado tiene aquí una de las mayores colonias de nidificación de Europa. También podemos contemplar águilas reales, perdiceras, imperial y culebrera, así como el azor y el alimoche.
Y si aún te quedas con ganas de descubrir en esta primavera bosques singulares, cañones sobrecogedores, formaciones geológicas que quitan el aliento  cascadas de ensueño y enclaves irrepetibles, inspírate con nuestro libro 101 Destinos de España Sorprendentes  y ya sabes lo que te recomendamos siempre:

 

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