Texto: Miguel Cuesta
Ilustraciones: María del Busto
Nuestra propuesta para este otoño es que descubras las ciudades europeas más bonitas y puedas conjugar las tradiciones de estos destinos con sus tesoros arquitectónicos más preciados. Las ciudades más importantes de Europa no se olvidan a la hora de construir emblemáticos edificios de la sostenibilidad, la vanguardia y la economía circular. En el libro Ciudades sostenibles. Destinos para descubrir la Europa que nos espera, del escritor y periodista Miguel Cuesta, partiendo de las bellas ilustraciones arquitectónicas realizadas por María del Busto, traza un recorrido por veinte ciudades de España y otras tantas de Europa, que ofrecen propuestas interesantes en concepto de sostenibilidad. A partir de edificios o lugares emblemáticos se ofrece una serie de opciones de turismo ecológico que tienen en cuenta los nuevos valores de la Europa actual y del futuro, como son la buena gestión de los residuos, la climatización eficiente o la economía integradora. “Un nuevo turismo que reclama soluciones ingeniosas para recuperar valores naturales, una arquitectura fascinante que conjuga vanguardismo y respeto por las tradiciones locales y una vuelta a los modos de vida saludable”, explica el autor.
Si te apetece echar un vistazo al libro te dejamos aquí algunas páginas del interior. Si lo abres es posible que te entren unas ganas de viajar incontrolables. ¡Estás avisado!
Burdeos. Entre el buen urbanismo y la agricultura biodinámica
Una especie de decantador gigante saluda a los barcos que remontan el Garona desde el Atlántico. La Cité du Vin es, además de un edificio ecológico, un museo que homenajea a las culturas milenarias del vino en todos los rincones del mundo y, en particular, a la de esta región, vanguardia de la agricultura biodinámica, es decir, un fascinante modelo de buena convivencia entre la explotación de la tierra y el respecto al medio ambiente.
Alrededor de esta peculiar construcción también se puede disfrutar de fabulosos ejemplos de buena convivencia de las ciudades con la naturaleza. El eco-barrio de Baclan, que ocupa la antigua zona industrial del puerto de Bassins à Flot, ha recuperado algunas viejas estructuras y construido otras nuevas conservando la estética industrial, pero de corazón verde, con enormes y luminosos atrios a modo de jardines botánicos.
Todo comenzó en los tiempos en los que a Burdeos la llamaban Bella Durmiente porque su casco viejo era una joya en coma. Aplicando los principios más sencillos de urbanismo sostenible y de escala humana, consiguieron reanimarlo. Sin embargo, nadie podía esperar que el resultado fuera una pandemia de espíritu renovador en todos los barrios de alrededor que, como en Baclan, pero cada uno con su personalidad, están reinventado el modo de habitar las ciudades.
Copenhague. La sostenibilidad puede ser divertida
¿Te imaginas poder ir nadando o en kayak a una isla desierta para pasar un día tomando el sol en pleno centro de tu ciudad? ¿O esquiar sobre el tejado de una planta de energía limpia en invierno o en verano? La capital danesa es el mejor ejemplo de que la sostenibilidad no solo pasa por ser respetuosos con el medio ambiente, sino también por mejorar la calidad de vida en la ciudad.
Ante la falta de espacio que sufre, el ayuntamiento lanzó un proyecto piloto llamado Copenhagen Islands, una serie de diminutas islas flotantes ancladas al puerto interior de la ciudad que sirvieran tanto a los habitantes como a la fauna: lugar de descanso de focas y aves, y hasta de criadero de moluscos. Lo mejor es que se pueden desplazar y combinar a la carta: normalmente estarán desperdigadas para poder disfrutarlas con intimidad, pero podrán agruparse para celebrar eventos flotantes.
Otro de los hits sostenibles de Copenhague es el Amager Bakke o CopenHill, un proyecto del célebre estudio nacional BIG, quintaesencia de nuestro Ciudades sostenibles. Se trata de una planta que incinera basura y la convierte en energía y calefacción para 150 mil hogares sin apenas generar emisiones de efecto invernadero. Pero lo mejor es que su fachada es un rocódromo y su cubierta una espectacular pista de esquí y senderismo abierta en invierno y en verano.
Estocolmo. La reina de las aguas
Alterar el entorno no siempre tiene por qué ser una catástrofe natural. Al menos si piensas como un sueco. En la confluencia del lago Mälar y el mar Báltico, Estocolmo aglutina mil años de experiencia ejerciendo de juez de aguas dulces y saladas, que son el diez por ciento de su superficie urbana. En los años 70, cuando en el resto del mundo apenas habían oído hablar de palabra "ecología", aquí ya se habían culminado planes de descontaminación de aguas para que los lugareños pudieran bañarse tranquilamente en la ciudad y, así, ejercer su proverbial friluftsliv, o sea, "vivir al aire libre". Una buena idea para practicar turismo sostenible es tomar un BB Green, uno de los barcos eléctricos que promueve el ayuntamiento para desplazarse por este reino del agua sin contaminar.
La capital sueca es pionera en eco-barrios que, por ejemplo, utilizan el agua del mar o el lago como elemento natural de climatización. Además, son museos vivos de arquitectura de vanguardia democratizada. La Sala de Estocolmo del Kulturhuset Stadsteatern es una buena manera de planear un paseo por ensanches urbanos tan fascinantes como Norra Djurgårdsstaden, Hagastaden o Slakthusområdet. Aunque si hay una intervención urbanística a destacar sobre el resto es la de Slussen, en pleno corazón de la ciudad, donde los peores vicios del urbanismo centrado en el tráfico rodado están dando paso al paraíso del peatón.
Milán. La oportunidad posindustrial
En 2015, la ciudad de las ferias por excelencia organizó la primera Exposición Internacional con una certificación de evento sostenible en el que, a la vez, la ecología era su leitmotiv. Fue el pistoletazo de salida hacia una revolución urbana que precisamente tiene como cebo otro gran evento: los Juegos Olímpicos de Invierno 2026. Entre uno y otro, se está culminando una remodelación a gran escala como pocas se conocen, en la que esta ciudad tradicionalmente industrial está haciendo de tripas corazón, convirtiendo los viejos trazados ferroviarios en pasillos verdes y barrios donde no se echa de menos el pueblo.
Un tour sostenible puede comenzar por el Palazzo Italia, el estandarte de la Expo 2015 que, por mencionar apenas una de sus bondades, se fabricó con un cemento biodinámico con propiedades fotovoltaicas que, bajo la luz del sol, captura elementos contaminantes y los convierte en sales purificando el aire. Podemos continuar por el espectacular City Life Milano, la culminación del concepto de barrios de usos compartidos, enlazando con en el BAM, acrónimo de la Biblioteca de los Árboles de Milán, frente a una pareja de edificios que son literalmente lo que su nombre indica, Il Bosco Verticale. La guinda al pastel puede ser alguno de los viejos hangares industriales reconvertidos en espacios de cultura y ocio, como el de Fabbrica del Vapore.