¿Te gustan las temperaturas más frescas para viajar? ¿Quieres visitar pueblecitos con encanto? ¿Disfrutas de la naturaleza? ¿Playas? ¿Montaña? Cantabria es perfecto para preparar la próxima escapada. Hazte con nuestra guía Un corto viaje a Cantabria , prepara lo necesario y no te pierdas algunos de estos lugares que vamos a recomendarte.
1. Cuevas de Altamira
Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, a solo 2 kilómetros de la noble Santillana del Mar emerge “la capilla Sixtina del Cuaternario”, o lo que es lo mismo las cuevas de Altamira, con sus grabados, sus trazos rojos, amarillos y violetas, formando figuras de hace más de 15.000 años. Tras su descubrimiento, su autenticidad fue puesta en tela de juicio durante más de dos décadas, aunque hoy todas esas especulaciones no son más que un mal recuerdo.
Actualmente se mantiene un régimen controlado y limitado a la cueva para garantizar su conservación preventiva: cada viernes se sortean cinco entradas entre los visitantes. El horario es de mayo a octubre, de martes a sábado de 9.30 h a 20 h; domingos y festivos de 9.30 h a 15 h. De noviembre a abril, de martes a sábado de 9:30 h a 18 h; domingos y festivos de 9:30 h a 15 h.
2. Santander
“Abierta al mar, abierta a todos”, la ciudad de Santander lo es, aunque ha tenido que pasar mucho tiempo hasta poder proclamarlo a los cuatro vientos. Puede que la señal de alarma surgiese en el terrible incendio de 1941, puede que fuese por el tráfico marítimo entre su puerto y toda Europa, o quizá la Universidad Menéndez Pelayo fundada en 1932, supusieran una apertura de la ciudad. Pero, lo cierto es, que su hegemónica posición se debe a su Festival Internacional de Música, nacido en 1948. Con la inauguración del palacio de festividades en 1991, Santander conquistó también el mundo de danza y del teatro. Ya entrado el siglo XXI continuó imparable su proyección cultural, construyendo nuevos y mejores museos, centros de interpretación y salas de exposición. El centro de arte Botín y la ampliación de los Jardines de Pereda hicieron de la ciudad lo que es ahora: una indispensable, no solo de Cantabria, sino de España entera.
3. Santillana del Mar
‘’Ni es santa, ni es llana, ni tiene mar’’, y aunque se invente nuevas mentiras, goza de los favores de la mayoría de los turistas que se acercan a recorrer la cornisa cantábrica. Los escudos blasonados de las casas construidas en piedra nos hablan de un lugar en otros tiempos poderoso, donde los más valientes hidalgos adornaron sus viviendas con muebles románticos, bibliotecas, jardines con plantas traídas expresamente de los más recónditos rincones del planeta. Santillana del Mar parece anclada en el siglo XVI. Su casco antiguo aún conserva esa impronta medieval que le valió ser declarado Monumento Histórico-Artístico hace ya más de cien años, en 1889.
4. Tesoros ocultos bajo tierra
Nada menos que 9 cuevas cántabras con arte paleolítico (30.000 – 10.000 años a.C.) forman parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, que sumadas a la de Altamira hacen de la región la de mayor concentración mundial en cuevas de arte rupestre.
El Castillo, Las Monedas, Las Chimeneas y La Pasiega, se encuentran en un mismo enclave, el mítico Monte Castillo. La Garma, se encuentra en la localidad de Omoño. Covalanas, en Ramales de La Victoria, presenta todo un repertorio de la técnica conocida como trazo punteado. En la cueva de El Pendo, en Escobedo, destaca el ‘’Friso de Pinturas’’, un panel de 25 metros de largo con una veintena de figuras. Por último, cierran la lista Hornos de Peña, en Tarriba y la cueva del Chufín, en Riclones.
5. Picos de Europa
Desde el mismo nivel del mar, hasta más allá de los 2.500 metros de altitud, al norte de la C cordillera Cantábrica, con 64.660 hectáreas que pueden ser recorridas a lo largo y ancho de 30 rutas diferentes, el Parque Nacional de los Picos de Europa, el primero en conseguir tal denominación en 1995, es el más visitado entre todos los que gozan de tal distinción en España.
6. Antoni Gaudí en Comillas
El Capricho de Gaudí, se engloba dentro de lo que podríamos considerar ‘’modernismo experimental’’. Su torre y el pórtico sobre el que se levanta, de reminiscencias orientales, parecen salidos de un mundo onírico y no de la realidad. La casa está orientada según la actividad a ejercer durante el día. Toda una obra de arte e ingeniería que tiene incluso aderezo musical.
Puedes obtener más información en esta web. Está abierto de 10:30 h a 17:30 h en invierno (noviembre a febrero) de 10:30h a 20 h en otoño (marzo a junio) y hasta las 21 h en verano (julio a septiembre). El precio de la entrada son 5 euros para los adultos.
7. La costa oriental
Algo más de 200 kilómetros de costa dan mucho de sí. Aunque sus temperaturas sean solo aptas para bañistas que no temen al frío, las playas de Cantabria son famosas por su gran variedad. Hay donde elegir, desde los concurridos arenales que forman las playas del Sardinero, en la misma ciudad de Santander, hasta Laredo, capricho de reyes, sin olvidar las de Somo, con sus espectaculares dunas y aspecto salvaje, o las de Landre, paraíso de surfistas. Se pueden trazar numerosas rutas para probar un poco de todas.
8. La costa occidental
Entre Santander y Unquera se prolonga un espectacular tramo de costa de gran valor ecológico, jalonado por localidades de notable valor monumental. No se trata solo de pueblos como Santillana, Comillas o San Vicente de la Barquera, puesto que las pequeñas aldeas y pueblos de la ruta orecen magníficos ejemplos de la arquitectura popular montañesa.
9. Liébana
La buena gastronomía, las extensas playas, la montaña infinita y las aguas termales con que cuenta Cantabria, no están reñidas con el peso de la historia. Esta comunidad también esconde un rico patrimonio cultural, que encuentra su máxima expresión, cuevas de Altamira aparte, en los alrededores de Potes, donde se puede trazar una ruta mística en toda regla.
10. Parque de la Naturaleza de Cabárceno
A solo 17 kilómetros de Santander, el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, es algo así como un zoológico moderno (sin jaulas), donde más de 500 animales de 54 especies distintas conviven en semi libertad a lo largo y ancho de 700 ha. No hace falta apuntarse a un safari fotográfico en algún país africano para ver elefantes, ni irse al Caribe para atisbar, con los prismáticos, aves exóticas en pleno vuelo. Echa un ojo a su web para conocer más.