Situada en un conjunto de islas de la laguna de Venecia al norte del mar Adriático, fue ciudad-estado en su época de mayor esplendor y se anexionó a Italia en 1866. Es una ciudad única en el mundo y, tan reconocible, que es frecuente utilizar el nombre de Venecia para calificar otras ciudades en las que el agua es la protagonista de su trazado urbano. La postal típica de la ciudad incluye gondoleros surcando con maestría sus estrechos canales, leones alados por todas partes, patios con pozos en el centro, puentes y más puentes, una increíble profusión de obras maestras, y por supuesto… ¡turistas! La mejor manera de visitarla es dejarse llevar por sus callejuelas hasta perderse, algo que ocurrirá en muy poco tiempo, y disfrutar del hechizo de cada rincón de esta hermosísima ciudad, Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1987.
Ya sea mediante una agencia de viaje o por tu cuenta, es tal la variedad de medios de transporte que llegan a Venecia que la organización del viaje no representará ningún problema.
Lo mejor es llevar la llevar la Tarjeta Sanitaria Europea para recibir asistencia médica si se tiene cualquier problema de salud. Por otra parte, los seguros de las agencias suelen incluir los posibles gastos médicos, pérdida de equipaje, cancelación del viaje, accidentes o responsabilidad personal.
Para viajar a Venecia basta con llevar el carné de identidad o el pasaporte en vigor.
Venecia es una ciudad de clima mediterráneo por lo que las mejores épocas para visitarla son la primavera o el otoño, aunque en primavera hay más posibilidades de lluvia. En verano hace mucho calor durante el día pero por la noche refresca y la temperatura es muy agradable. El invierno es bastante frío y nublado con alta probabilidad de que llueva o incluso nieve.
La hora oficial de Venecia es la misma que en la España peninsular (GMT+1). En cuanto a los horarios, normalmente las tiendas abren de 9 h a 13 h y de 15 h a 19.30 h, los museos de 9 h a 18 h, y los restaurantes están preparados a las 12 h y suelen cerrar entre 21 h y 23 h.
La moneda oficial, igual que en nuestro país, es el euro (€). Las tarjetas de crédito se admiten prácticamente en cualquier parte.
Las posibilidades son muchas pero no siempre es fácil saber la opción más conveniente. Lo mejor es que visites la página web Venecia Unica City Pass para elegir la tarjeta más conveniente según tus necesidades. En general, si tienes entre 6 y 29 años te convendrá comprar la Rolling Venice que da derecho a muchos descuentos, incluido el transporte público. Hay tarjetas solo para el transporte gestionado por ACTV para 1, 2, 3 o 7 días, que incluyen los recorridos de vaporetos y autobús. Otra alternativa interesante es la Chorus Pass que incluye la visita a varias iglesias de Venecia.
El avión es el método más rápido y cómodo con llegada al aeropuerto Marco Polo, aunque las compañías de bajo coste como Vueling, Easyjet y Ryanair suelen utilizar el aeropuerto de Treviso, 40 km al norte de Venecia. Otras formas de viajar a Venecia son en tren desde otra ciudad italiana, algo bastante corriente, con llegada a la estación de Santa Lucía, o en coche, aunque claro está, hay que dejarlo en alguno de los estacionamientos que hay a la entrada de Venecia. Y sin olvidar la manera más polémica, en crucero, con llegada a la terminal de pasajeros de Santa Croce, desde la que es muy fácil llegar al centro.
En la ciudad está prohibido el tráfico rodado. Como no es muy grande se puede recorrer tranquilamente a pie, pero para distancias más largas conviene usar el vaporetto, una especie de transbordador que recorre los canales y comunica unas zonas con otras; es caro, por lo que conviene sacar alguna de las tarjetas válidas para 1, 2, 3 o 7 días (véase el apartado "Cómo ahorrar"). También hay taxis acuáticos (muy caros) y, por supuesto, góndolas por todas partes.
La oferta de alojamiento es tan variada que incluso hay dos campings, aunque se encuentran a unos 15 km, ya en tierra firme. Sin embargo, lo más recomendable es dormir en la isla y cuanto más cerca de la plaza de San Marcos mejor, si bien hay que tener en cuenta que los precios van subiendo a medida que nos acercamos. También es una buena opción el Lido, situado frente a la isla, sobre todo en verano ya que tiene varias playas y está bien comunicado mediante el vaporetto.
Es el sitio hacia el que se dirige todo el mundo y donde están algunos de los monumentos más bonitos de la ciudad (el palacio ducal, la basílica, el campanile, la torre del reloj, etc.) y los cafés más famosos. Es además el lugar más bajo de Venecia y por lo tanto el primero en inundarse durante el fenómeno de la acqua alta.
En la plaza de San Marcos se encuentra el edificio religioso más importante de la ciudad. En su interior, de una gran belleza, destacan los mosaicos de la cúpula de la cúpula principal que datan de comienzos del siglo XIII. La entrada es gratuita salvo para el Museo de San Marcos, el Tesoro y la Pala de Oro.
De los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal, este es el más antiguo. Construido a finales del siglo XVI, siempre está lleno de turistas disfrutando de las magníficas vistas que ofrece. El mercado que se celebra por las mañanas en sus inmediaciones es un espectáculo de olores y sabores.
Conserva piezas maestras de la pintura veneciana hasta el siglo XVIII con obras de artistas como Canaletto, Tintoretto, Tiziano, Veronese, etc. Se encuentra junto a otro de los puentes que cruzan el Gran Canal y al que da nombre, el puente de la Academia, desde el que se obtienen las fotos más conocidas del Gran Canal.
Situada en el barrio de Dorsoduro, su gran cúpula se puede ver desde distintos puntos de Venecia. Se construyó en el siglo XVII para conmemorar el final de la peste y en el interior destacan las pinturas de Tiziano y Tintoretto. La entrada es gratuita.
Construcción barroca del siglo XVII, une el Palacio Ducal de Venecia con los antiguos calabozos de la Inquisición. Uno de los lugares más fotografiados de Venecia, la única posibilidad de recorrerlo es durante la visita guiada del Palacio Ducal conocida como "Itinerari Segreti" en la que te explicarán que los suspiros los daban los presos en su camino hacia la sentencia.
Recorrer los canales de Venecia en una de estas embarcaciones es lo más romántico que puedes hacer, eso sí, te tendrás que rascar el bolsillo; un paseo de 30 minutos te saldrá por unos 80 euros, pero si la compartes podrás ahorrar algo.
Construido en el siglo XIV por Giotto y Andrea Pisano, es el edificio más alto de la ciudad. No sufras por las escaleras porque tiene un ascensor que te subirá hasta su pináculo; desde allí podrás disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles.
La bebida veneciana por excelencia se consume normalmente antes de comer o de cenar, en el momento conocido como aperitivi. Se compone de Aperol o Campari, vino blanco seco, soda y hielo, y cada establecimiento le da su toque particular.
Desde los muelles (fondamenta) del norte de la isla salen vaporettos (incluidos en la tarjeta de ACTV) que, tras pasar por el insólito cementerio de San Miguel, alcanzan las principales islas de los alrededores: Murano, famosa por la elaboración del cristal, Burano, Torcello, etc.
El antiguo barrio judío está situado en la zona de Cannaregio desde el siglo XVI, momento en el que los refugiados europeos se establecieron allí con la prohibición de salir sin permiso. Sinagogas, callejones y casas altas os mostrarán la otra Venecia, más tranquila e íntima.
Seguramente te parecerá carísimo (lo es), pero no siempre se puede uno sentar en el café histórico más famoso de Venecia. Abrió sus puertas en 1720 y desde entonces ha permanecido inalterable la idea de amenizar a sus clientes con una orquesta.
En lo que respecta a la bebida, a los venecianos les encanta el vino y lo suelen tomar en los bacari, una especie de taberna en las que también se pude comer algo, generalmente de pie (los más populares están en Fondamenta della Misericordia). No hay que dejar de probar el spritz, la bebida véneta por excelencia, y por supuesto alguno de los licores que tanto gustan a los italianos, como el Limoncello o la grappa.
La vida nocturna brilla por su ausencia en la mayoría de los barrios o sestieri, y la poca que hay se concentra en Canareggio, una zona de ambiente estudiantil, y algo en Dorsoduro y Rialto.