La capital de Cantabria se asoma a una amplia y bella ensenada, la única del norte de España que está orientada al sur, perteneciente de hecho y por derecho al selecto Club de las Bahías más Bellas del Mundo. Además, muchas de las plazas, avenidas, calles y callejas de la urbe interior conservan un especial encanto. Posee una intensa vida urbana, con numerosos espacios para el ocio y el disfrute, así como una intensa actividad cultural, ligada a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el Centro Botín, el Anillo Cultural y el Escenario Santander. La ciudad, moderna y elegante durante todo el año, descubre su faceta más bulliciosa y cosmopolita en verano y otoño. El Paseo Marítimo que se extiende desde la Grúa de Piedra, colindante con el Centro Botín, hasta Cabo Menor, es uno de los más hermosos del litoral español.
El aeropuerto de Santander, único de Cantabria, se denomina Seve Ballesteros y está situado a 7 km de la ciudad. Por tierra, se puede llegar en coche por la autovía A 1 desde Madrid hasta Burgos, Palencia y continuando por la autovía Cantabria-Meseta (A 67). Desde Barcelona, por la N II hasta Logroño, después conectar en Bilbao con la A 8, conocida como autovía del Cantábrico, que enlaza Cantabria con Asturias y Galicia, en sentido oeste, y con el País Vasco y Francia en sentido este. Desde Madrid el ferrocarril conecta con Santander viajando en el tren Alvia (cuatro salidas diarias, entre 4 y 4,5 horas). La estación de autobuses (pza. de las Estaciones) centraliza las salidas y llegadas desde las principales ciudades de España y algunas capitales europeas.
Si consideramos el eje Cuatro Caminos, Ayuntamiento, Puerto Chico, que articula una de las principales zonas comerciales y de servicios, la opción de caminar es factible, y hasta recomendable, pues la distancia no es excesiva.
Si queremos algo más rápido y descansado, existe un buen servicio de autobuses urbanos, que cuenta con una veintena de líneas para cubrir todos los recorridos posibles. El servicio de taxi resulta muy práctico, ya que las distancias entre los lugares turísticos no son muy grandes. Aparcar en el centro es tarea muy difícil, aunque la ciudad está bien surtida de estacionamientos subterráneos de pago. En superficie, la mayoría de las plazas son de estacionamiento regulado.
Aunque Santander es una ciudad relativamente pequeña, las posibilidades de alojamiento son múltiples y variadas, dado que es un destino muy solicitado por visitantes nacionales e internacionales, que llegan atraídos por las múltiples convocatorias formativas, artísticas y culturales, por sus playas y su belleza natural y patrimonial, y por su excelente gastronomía.
Una guía práctica y totalmente actualizada, ideal para realizar un corto viaje a Cantabria. La guía está dividida en cuatro apartados. En el primero, titulado Diez Indispensables, se propone una selección de los lugares, curiosidades y tradiciones de la zona que no hay que perderse: las cuevas de Altamira, Santander, Santillana del Mar, Puente Viesgo, los Picos de Europa...
En pleno frente marítimo y con entrada por los jardines de Pereda, este edificio vanguardista, obra del prestigioso arquitecto genovés Renzo Piano y epicentro de las actividades de la Fundación Botín, alberga dos salas de exposiciones y un auditorio.
La península de la Magdalena es uno de esos lugares donde todo tiene interés. El paisaje excepcional, la acertada intervención humana y el disfrute público que ofrece al visitante hacen de este paraje un lugar privilegiado en cualquier época del año.
Para conocer la relación que históricamente ha mantenido, y mantiene, esta ciudad con el mar, no hay nada mejor que visitar el interesante Museo Marítimo del Cantábrico.
No uno, sino tres faros tiene Santander. El más emblemático, el faro de Cabo Mayor, se encuentra a un paseo del Sardinero y ofrece unas vistas espectaculares del mar, el acantilado y la fachada marítima de la ciudad.
A poco más de 30 kilómetros de Santander se hallan las famosas Cuevas de Altamira. El conjunto de pinturas que las decoran, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, es el más valioso tesoro de época prehistórica que se conserva en España.
A 17 km de Santander, este Parque es algo así como un zoológico moderno (nada de jaulas) donde más de 500 animales de 54 especies distintas conviven en semilibertad en un espacio de 70 ha. Hay hipopótamos, osos, jirafas, tigres…
Estos pequeños barcos de pasajeros atraviesan la bahía durante todo el año con destino a las playas limítrofes de El Puntal, Somo y Pedreña. El trayecto ofrece una magnífica vista de la bahía santanderina.
Las ciudades costeras suelen mostrar su mejor perfil en el lado que se asoma al mar. Santander no es una excepción, y a lo largo de los siglos su historia se ha ido construyendo sin perder de vista la espectacular bahía.
No hay que dejar pasar la oportunidad de visitar este espectacular paisaje dunar, sus magníficas playas vírgenes y su bosque de pinos, y dedicar un tiempo a pasear por los senderos acondicionados al efecto y contemplar la desembocadura del Pas.
Los deportes náuticos en todas sus modalidades (vela ligera, windsurf, surf...) tienen legiones de aficionados en Santander, junto con el golf. Algunos de los campos de golf están situados en parajes de gran belleza.
Pescados y mariscos, carnes y productos hortofrutícolas se combinan en elaboraciones sencillas pero muy cuidadas. Los productos más característicos de Santander son las rabas (calamares fritos) y los bocartes rebozados (boquerones grandes abiertos en filetes), el cachón, percebes, nécoras o cigalas que se pueden encontrar en lugares de tapeo, restaurantes o en el barrio pesquero. Las carnes de vacuno, de excelente calidad, se saborean por igual en guisos, a la plancha o a la parrilla. Los dulces más emblemáticos de toda la región son las quesadas y los sobaos. De gran calidad son los quesos de elaboración artesanal.
Las fiestas mayores de la ciudad, en honor a Santiago Apóstol (25 de julio) y a los patronos de la ciudad San Emeterio y San Celedonio (29 de agosto), ofrecen una variopinta programación que incluye verbenas, regatas por la bahía, sardinadas… La Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP), con sede en el Palacio de la Magdalena, organiza cursos de especialización de junio a septiembre. El Festival Internacional de Santander (FIS), con una extensa programación musical que abarca el campo sinfónico, de cámara, teatro y danza, da comienzo a finales de junio y se prolonga hasta finales de agosto.