Bosques frondosos y primigenios que son hogar de grandes mamíferos, enormes redes de lagos y canales que habitan miles de aves y navegantes, montes de arenisca caprichosos… Aunque son fundamentalmente llanos, los paisajes polacos tienen un gran atractivo por la frondosidad de su vegetación, que hace que cada cambio de estación sea puro espectáculo. Más allá de Varsovia (vanguardista y descarada) y Cracovia (tradicional y religiosa), el país presenta bellísimas ciudades más ricas y germanizadas al norte y al oeste como Gdańsk (en la imagen), Poznań o Wrocław, y otras algo más rusificadas y genuinas al este, como Lublin o Łódź. Sumida en un vertiginoso proceso de cambio social, económico y urbanístico que la ha dotado de excelentes infraestructuras y nuevas propuestas culturales, viajar a Polonia ya no solo supone enfrentarse a la historia europea más convulsa del siglo XX, sino también asomarse al futuro del Viejo Continente, del que Polonia ya está siendo protagonista.
DNI/ Pasaporte
La Tarjeta Sanitaria Europea facilita la asistencia en centros públicos.
Relativamente seco en invierno, con días muy cortos y nublados, y más lluvioso en verano, con días larguísimos.
En verano es fundamental llevar un chubasquero y paraguas, aunque abundan los días calurosos. En primavera y otoño ropa de abrigo. En invierno habrá que añadir guantes, gorro y botas.
El zloty (abreviado como PLN o zł), literalmente “dorado”, en los últimos años ha tenido un cambio de 1 € por 4 zł. No es fácil encontrar cambio en España; las casas de cambio en destino, kantor, suelen tener los mejores precios.
El pago con tarjeta es aún más habitual que en España, aunque conviene llevar efectivo cuando se viaja a provincias.
España y Polonia están separadas por unos 3.000 km que hacen casi obligado el viaje en avión, de aproximadamente 3 h. Hay densas comunicaciones entre varios aeropuertos de ambos países, lo que permite la muy recomendable opción de volar a una ciudad y volver desde otra. Tanto Madrid como Barcelona tienen conexiones diarias todo el año con Varsovia y Cracovia, ya sea con líneas clásicas como LOT o Iberia, o con líneas de bajo coste como Ryanair, Wizzair y Easyjet, y con menor frecuencia a destinos como Gdańsk o Wrocław. Por su parte, aeropuertos como los de Alicante, Bilbao, Gerona, Málaga, Palma, Sevilla o Tenerife también suelen tener conexiones directas durante la temporada de verano a ciudades como Gdańsk, Katowice, Poznań o Wrocław.
La red de carreteras rápidas está en pleno proceso de expansión y cada vez son más rápidos los trayectos en coche y autobús, sin embargo el tren sigue siendo la mayoría de las veces el medio de transporte más rápido y cómodo, con la ventaja de que las estaciones suelen estar a tiro de piedra del centro. La web de PKP (ferrocarriles polacos) está en inglés y es una herramienta clave para planificar viajes: los trenes Regionalny y Osobowy son los más baratos y lentos; los IC y EC son los más rápidos y caros; los Pospieśny y TLK son los que mejor conjugan precio y velocidad.
El carné de conducir español es válido para circular por las carreteras de Polonia, solo es necesario que el vehículo en el que se conduzca esté asegurado en el territorio. Conviene extremar las precauciones ya que la educación vial, especialmente en carreteras secundarias, es mínima.
La calificación por estrellas no está tan extendida como en España y hay cientos de hoteles de excelente categoría y servicios que no cuelgan ni una sola estrella junto a su nombre. También hay muchos que, evitando los impuestos, cuelgan tres en lugar de cuatro aunque siguen manteniendo unos precios de la categoría superior. El precio finalmente será la mejor orientación, de media más bajo que en España.
Las casas particulares (dom prywatny) son una opción muy extendida en pequeñas poblaciones rurales y en parques naturales. Cuelgan sus carteles (nocleg) visibles desde la calle para que los viajeros puedan llamar a la puerta, echar un vistazo y negociar un precio.
Los refugios de montaña (schronisko) tienen un significado más amplio que en España y a veces se parecen más a albergues rurales, muchos situados en las faldas de las montañas o casi colindando con los pueblos, aunque los hay incluso en las cumbres de algunas montañas.
La mejor información sobre Polonia totalmente actualizada, que, para mayor comodidad, se organiza en cuatro secciones. La primera consiste en una serie de 10 Itinerarios que constituyen otras tantas propuestas de viaje y que posibilitan la visita a las ciudades y lugares de mayor interés a través de las vías de comunicación por carretera que reúnen más atractivos culturales y paisajísticos...
Polonia y su capital medieval crecieron al amparo de este fabuloso enclave donde están enterrados reyes, héroes y santos nacionales, y donde se exponen algunos de los mejores tesoros del país.
Icono de la arquitectura real socialista, domina el skyline de la ciudad desde 1955 sin que ningún rascacielos lo haya superado aún.
Graneros y puertas góticas, una grúa de madera medieval, imponentes fachadas manieristas flamencas, un modernísimo museo de la Segunda Guerra Mundial… A orillas de este canal, la tercera ciudad más visitada del país saca su mejor cara.
El río Óder atraviesa la ciudad formando una serie de islas fluviales interconectadas por decenas de puentes, algunos diminutos y coquetos, y otros de lo más imponentes.
El castillo de ladrillo más grande del mundo es casi inabarcable, un universo de pequeños mundos que da a conocer una suerte de Reconquista polaca, clave en su historia medieval.
Último bastión del bisonte europeo, en la frontera con Bielorrusia, es uno de los recursos naturales de mayor valor del continente además de un catálogo de paisajes que hechizan.
Su herencia más valiosa es el barrio de Kazimierz de Cracovia; por el contrario, el campo de concentración de Auschwitz es el icono de su desaparición.
Región de enormes lagos glaciales, es el paisaje favorito de los polacos en verano y otoño.
Región minera y orgullosa, es como un queso gruyere donde cada dos por tres se abren a visitantes espectaculares galerías históricas.
Al sur, en la única región montañosa, se descubren las sociedades más tradicionales, cuyos templos de madera son su mejor reclamo.
La revolución urbanística de Łódź, ciudad antaño plagada de fábricas textiles, ha reabierto viejos complejos industriales para uso cultural, comercial, hotelero...
Los hay en la península de Hel, alrededor de los lagos de Masuria (donde está la famosa Guarida del Lobo) o en Bydgoszcz.
Aunque vibran con la selección de fútbol, los polacos son mucho más dados a jugar al voleibol o a practicar deportes de invierno. Amantes por lo general de la naturaleza, son muy dados al alpinismo y es llamativo lo popular que es la vela, ya sea en el mar Báltico o en los lagos de Masuria.
En el ámbito cultural cabe destacar el prestigio de sus artes escénicas, que traspasa fronteras y que se traduce en salas que se llenan casi a diario. El idioma es sin duda una barrera que, sin embargo, se puede salvar perfectamente en espectáculos de ópera o ballet, normalmente más habituales y asequibles que en España.
El calendario de verano de festivales musicales, muy concentrado en julio y agosto, es altamente recomendable; también otros que recrean episodios de la historia nacional.