Cuna de las grandes revoluciones que han marcado la historia más reciente de Europa (es suficiente pensar en la Toma de la Bastilla en 1789 o en el Mayo del 68), París posee ese aura de intelectualidad que le dio la Ilustración en el siglo XVIII con personajes tan famosos como Voltaire, Montesquieu o Rousseau. Conocida por sus grandes monumentos, como la Tour Eiffel o el Arco de Triunfo, por sus asombrosos museos llenos de emblemáticas obras de arte, como el Museo del Louvre, de Orsay, el Centro Pompidou, etc., o por ser el centro mundial de la moda, Coco Chanel, Christian Dior, Yves Saint Laurent, Louis Vuitton, etc., es finalmente su merecida fama de ciudad romántica lo que atrae a millones de enamorados de todo el mundo.
Aunque el avión y el tren son las maneras más habituales y rápidas de hacer el viaje a París, por su cercanía con España se puede ir también en autobús o en vehículo propio.
Si bien los seguros básicos suelen incluir gastos médicos, pérdida de equipaje, cancelación del viaje, accidentes o responsabilidad personal, llevar la Tarjeta Sanitaria Europea es lo mejor para recibir asistencia médica si fuera necesario.
Para viajar a Francia basta con llevar el carné de identidad o el pasaporte en vigor. Si además se tiene pensado alquilar un coche, se necesitará también el permiso de conducir.
Es muy similar al de Madrid, por ejemplo, con un clima continental caracterizado por inviernos fríos y veranos calurosos, si bien las lluvias son bastante frecuentes.
La hora oficial de París es la misma que en la España peninsular (GMT+1) en cualquier época del año, ya que se adelanta y se atrasa a la vez en los dos paises. En cuanto a los horarios de tiendas, museos, restaurantes, etc., son también muy parecidos.
La moneda oficial, como en toda la Eurozona, es el euro (€). Las tarjetas de crédito se admiten prácticamente en cualquier parte.
La tarjeta Paris Museum Pass permite entrar gratis y sin hacer cola, y las veces que se quiera, a más de 50 museos y monumentos de la ciudad; está disponible en las modalidades de 2, 4 o 6 días. También se puede adquirir la Paris Pass, que autoriza el acceso gratuito y sin colas a más de 60 atracciones turísticas y museos, además del uso ilimitado del transporte urbano (autobús, tranvía y metro) y otras ventajas; la hay para 2, 3, 4 o 6 días.
El avión es el método más rápido y cómodo, con llegada al aeropuerto de Charles de Gaulle o al de Paris-Orly, aunque cada vez son más las compañías de bajo coste como Easyjet y Ryanair que utilizan el aeropuerto de Beauvais, a 85 km al norte de la ciudad. Otras formas de viajar a París son en tren de alta velocidad, autocar (Eurolines) o en vehículo propio.
Los medios de transporte más útiles para moverse por París son el metro, con 16 líneas, el RER, muy conveniente para ir a los aeropuertos y a Disneyland, y el autobús, muy utilizado por los parisinos. Otras posibilidades son el funicular de Montmartre, el tranvía y el taxi (más de 17.000). Además del billete individual existen bonos de 10 billetes o la Paris Visite, que ofrece acceso ilimitado a la red de transporte público de la ciudad.
También hay que contar con los servicios turísticos del Big Bus Paris, que permite subir y bajar en todas las paradas deneral itirio, y el Batobus, para recorridos por el Sena.
Si se alquila un coche, hay que tener en cuenta que aparcar en el centro puede ser un verdadero quebradero de cabeza y, sobre todo, caro.
Incluyendo apartamentos y los dos campings que hay en las cercanías, se puede decir que el alojamiento en París es muy variado. Los hoteles tienen las mismas categorías que en España, aunque el precio normalmente es más elevado que en nuestro país; si se quiere ahorrar un poco hay que alejarse del centro y utilizar el transporte público. A veces se pueden encontrar buenas ofertas en internet. Los albergues no son muy numerosos y están entre los más caros de su categoría.
Testigo de grandes acontecimientos históricos de Francia, como la coronación de Enrique VI o la canonización de Juana de Arco, y de otros imaginarios, como El jorobado de Notre Dame, es la catedral gótica más antigua del mundo. Preciosas vistas desde sus torres.
Consagrado al arte anterior al impresionismo, es uno de los museos más visitados del mundo. La Gioconda, la Victoria de Samotracia, la Venús de Milo, La Libertad guiando al pueblo,… son una pequeña muestra de lo que te espera en su interior. En el patio central, la pirámide de Ieoh Ming Pei, muy polémica en el momento de su inauguración, sirve de entrada al museo.
Con sus empinadas calles, sus terrazas y su ambiente bohemio, es uno de los lugares más encantadores de París. Conocido también como el barrio de los pintores, ofrece una magnífica panorámica desde la basílica del Sacré-Coeur, que lo contempla desde lo alto de la colina.
Es una de las avenidas más famosas del mundo y une, tras casi 2 km, la plaza de la Concordia con el Arco de Triunfo. Pasear entre sus espacios arbolados y la opulencia que emana de los edificios que lo flanquean permite ver las tiendas de los mejores diseñadores, hoteles de gran lujo, etc.
Obra maestra del estilo barroco, fue la residencia real hasta la revolución francesa de 1789. En la actualidad aloja el Museo de la Historia de Francia y está inscrito desde 1979 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Además de admirar el lujo del palacio no hay que dejar de visitar los jardines. A 20 km de la ciudad.
No nos habíamos olvidado. Es el símbolo de Francia desde que fue construida en 1889 para la Exposición Universal y, con sus 324 m de altura, el mejor observatorio de la ciudad, además de tener restaurantes y tiendas en su interior. Sus sorprendentes iluminaciones de cada noche transforman el paisaje nocturno de la gran urbe.
En el mágico interior de la antigua estación de tren inaugurada en 1900 con motivo de la Exposición Universal, se puede contemplar una de las mejores colecciones de este estilo y los cuadros más conocidos de Renoir, Cézanne, Monet, Courbet, Van Gogh, etc. Las exposiciones temporales son magníficas.
Está situado en la orilla izquierda del Sena, alrededor de la Universidad de la Sorbona, razón por la que tuvo bastante protagonismo en los acontecimientos de Mayo del 68. Es una de las zonas más animadas de París y sus restaurantes tienen precios asequibles.
Al contrario de lo que podría indicar su nombre, llamado así en honor a Marte, dios romano de la guerra, disfruta de unos momentos de relax mientras contemplas por un lado la Tour Eiffel y por el otro el edificio de la Escuela Militar.
Aunque al principio fue concebido para los más pequeños, actualmente hay atracciones para todas las edades. Situado a 32 kilómetros de París, engloba también el Walt Disney Studios, dedicado al cine, numerosas zonas hoteleras y restaurantes.
Cuando se pone el sol, la zona de Pigalle se llena de parisinos y turistas en busca de diversión. Entre los numerosos cabarets destaca el Moulin Rouge, pero también son muy conocidos el Lido, Crazy Horse, etc.
O, mejor aún, contempla París iluminado mientras disfrutas de una cena de lujo a bordo de alguno de los barcos panorámicos atracados frente al museo de Orsay. Muy romántico.
París es una de las más reconocidas capitales gastronómicas del mundo. Su cocina se elabora con una dedicación y una variedad tal de productos que es muy difícil de encontrar en otro sitio. Una comida normal se basa en una entrada ligera de ensalada, paté o sopa, y un plato fuerte o "plat de résistance" de carne o pescado. Comerás como un parisino si pides alguno de estos platos: soupe a l'oignon o sopa de cebolla; pato a la naranja, elaborado al horno lentamente; coq au vin o pollo al vino; una tabla de deliciosos quesos; escargots, caracoles condimentados con ajo, mantequilla y perejil; foie de canard, sabroso paté de pato; una omelette o tortilla rellena de champiñones, jamón o queso; o la famosísima ratatouille.
En cuanto a la repostería no hay que dejar de probar los croissants, las crepês, el chocolate o los coloridos macarons.
Por supuesto, todo esto hay que regarlo, y nada mejor para ello que los famosos tintos de Burdeos, Borgoña o Languedoc, entre otros.