Japón es un país único, un lugar que sorprende a todos cuantos se acercan, ya sea por sus verdes paisajes, su rica gastronomía, sus ciudades vibrantes o sus amables habitantes, pero especialmente por su valiosa cultura, preservada y original, por el hecho de ser una isla y los largos siglos de incomunicación con respecto al mundo occidental.
Hoy Japón sigue ofreciendo esa singularidad de país de mil caras que van desde el mundo más tradicional de templos, silenciosos jardines y misteriosas geishas con kimonos, al ruido, las luces y los escenarios futuristas de grandes ciudades como Tokio, Osaka o Nagoya. El monte Fuji (en la imagen) es un volcán, coronado por nieves gran parte del año, que constituye el techo del país.
Consulta tu guía y traza un itinerario, señalando el tiempo de visita de cada lugar y reservando por anticipado el alojamiento y los transportes.
Conviene viajar con un seguro que garantice cobertura médica u otros contratiempos.
Pasaporte en vigor y billete de ida y vuelta. No es necesario visado ni vacunas concretas.
La mejor época de viaje son los meses de primavera (de abril a junio) y especialmente el otoño (septiembre a noviembre).
Japón tiene nueve horas de adelanto con respecto a España. No tiene horario de verano, por lo que durante esa estación, la diferencia es de siete horas.
La unidad monetaria es el yen. El pago con tarjeta de crédito no está tan extendido como cabría suponer y los lugares de cambio (hoteles y agencias) no suelen ofrecer buenas condiciones.
Tokio dispone de dos aeropuertos internacionales: Narita y Haneda. Las otras dos principales puertas de entrada son el aeropuerto de Kansai (Osaka y Kioto) y el de Chubu (Nagoya). La creciente demanda de viajeros que eligen Japón como destino tiene como consecuencia una gran oferta de compañías aéreas y mayor frecuencia de vuelos y conexiones. Desde España existe vuelo directo con Iberia, también vuelan otras grandes compañías como Lufthansa, British Airways, Air France o Japan Airlines.
La red ferroviaria japonesa es una de las más modernas y eficientes del mundo, por lo que es una de las mejores opciones para moverse por el país. En la web de Japan Railway hay abundante información sobre las tarifas y destinos. Es muy recomendable comprar un Japan Rail Pass, que permite coger todos los trenes, incluidos los trenes bala o shinkansen, por una tarifa plana.
Para moverse por las ciudades, Tokio y Osaka tienen extensas redes de metro. Esta es la forma más rápida, fácil y cómoda. Es recomendable comprar una tarjeta electrónica Suica o Pasmo que sirve para todos los transportes y se puede ir recargando.
En todas las ciudades hay autobuses que llegan a la mayoría de lugares de interés. Son especialmente útiles en Kioto, donde se ha hecho un gran esfuerzo para adaptarlos a los extranjeros. Existen también autobuses turísticos que recorren las principales atracciones.
El alojamiento en Japón es abundante y variado, aunque hay que advertir que las habitaciones de los hoteles son en general pequeñas para los estándares europeos. Los ryokan son alojamientos tradicionales, donde hay que descalzarse al entrar. Una experiencia inusual son los hoteles cápsula, que pueden servir para pasar una noche siempre que no se padezca de claustrofobia.
Tokio, Kioto, Osaka e Hiroshima Trotamundos Por mucho que busquéis, en Europa no encontraréis nada que se asemeje a la experiencia de viajar a Japón. Afortunadamente, lo que antes era un sueño hoy puede hacerse realidad, pues este fascinante archipiélago no se presenta ni es tan inaccesible ni tan caro como hace una década...
Es el distrito de Tokio más actual y centro de la cultura más juvenil y vanguardista: letreros de neón, tiendas, rascacielos y miles de viandantes moviéndose por doquier.
Un lugar de culto sembrado de tumbas y templos, con el bello puente Shinkyo y el santuario Toshogu, alrededor de un frondoso bosque.
Con sus 3.776 m es la montaña más alta, además de lugar sagrado y el símbolo de Japón.
La antigua capital conserva gran parte de su valioso legado arquitectónico declarado Patrimonio de la Humanidad.
Es la más famosa de las pequeñas islas que motean el Mar Interior, gracias a la belleza de su torii que emerge del agua.
Una grandiosa y bien conservada fortaleza que data del periodo feudal, cuando los samuráis ostentaban el poder.
Contempla Tokio a vista de pájaro desde el mirador al aire libre del Museo Mori.
Da un paseo por Asakusa, el barrio tokiota que mejor conserva el aroma del pasado. Como contraste, visita la zona de Harajuku para asombrarte de las extrañas modas juveniles de Tokio.
Disfruta de la gastronomía japonesa, una de las mejores y más variadas del mundo.
Sumérgete en un onsen, los omnipresentes baños termales, una experiencia típicamente japonesa.
Asiste a un torneo de sumo. En Tokio se celebran en enero, mayo y septiembre.
Intérnate en los túneles de torii del santuario Fushimi Inari (Kioto), imagen emblemática de Japón.
Pasea por el tradicional distrito de Gion, Kioto, para ver a alguna geisha dirigiéndose a una casa de té.
Contempla el sakura, el impresionante espectáculo natural del florecimiento de los cerezos.