Un primer viaje al país de Gandhi nunca es anodino. No tiene término medio. Las cifras son apabullantes: el 2º país más poblado –con más de 1200 millones de almas–, 22 lenguas oficiales y 4.000 dialectos, 8 religiones, 80 parques nacionales y 440 reservas de animales, 392 periódicos y 106 semanarios, 1.000.000 de coches vendidos anualmente en todo el país, 600 millones de indios bajo el umbral de la pobreza, 800 largometrajes rodados anualmente en la mayor industria cinematográfica del mundo y la mayor diversidad cultural después de África.
Ancestral, sincrética, iniciática... No importa qué parte del país visitéis. La India os dejará sin referencias. En el norte, la majestuosidad del Himalaya, los monasterios budistas, los yacimientos arqueológicos, la carretera más alta del mundo, Delhi, el Taj Mahal, las fuentes del Ganges, Benarés, Jaipur, Orchha, Calcuta, el Rajasthan... Y una de las cocina más aromáticas y sutiles del mundo.
No existen vuelos regulares directos de España a la India, hay que hacer escala en alguna de las capitales europeas. Algunas de las compañías que podéis elegir son:
Los trenes y los autobuses son los medios de transporte más económicos, pero también los que requieren más tiempo; dado el tamaño del país, es recomendable utilizar el avión para distancias más largas. El alquiler de un automóvil con conductor es una opción segura y no muy cara.
El hotel es la forma más común de alojarse en la India y los hay de todo tipo y condición. También existen los tourist bungalows, hoteles de categoría media, administrados por el Estado; solo para salir del paso, salvo excepciones. En el mismo estilo que éstos, están los Inspection bungalows, dak bungalows y government houses, fuera de los lugares turísticos, con habitaciones muy confortables a precios a menudo muy interesantes. Los albergues juveniles están alejados, mal mantenidos y no resultan muy económicos. Por último, las retiring rooms en teoría, están reservadas a los poseedores de un billete y son ideales en caso de tránsito, en las estaciones y aeropuertos; además, suelen ser baratas.
La guía Trotamundos del norte de la India os propone un sugestivo acercamiento a esta extensa zona del país. Algunos topónimos para abrir boca: Cachemira, el Ladakh cachemir, Himachal Pradesh, Punjab y Haryana, el valle del Ganges y el extremo este, Orissa, el Rajasthan, el Shekhawati, Gujarat y el centro oeste con Bombay y sus alrededores...
Deslumbrante y casi irreal: el mausoleo de mármol blanco al fondo de un jardín, flanqueado por dos edificios con motivos florales multicolores. Una obra grandiosa para un trágico amor.
Desde el Ladakh cachemir hasta el Sikkim, montañas abruptas, valles sumergidos en neblinas… Y aldeas y monasterios si buscáis paz y autenticidad.
A 30 y a 100 km de Aurangabad, excavados en acantilados, en lugares naturales de una gran belleza, son de una delicadeza increíble: un verdadero encaje de piedra.
Los rascacielos dominan la ciudad. Victoria Station –un paseo por los delirios arquitectónicos del siglo XIX– Churchgate, las casas coloniales de Marine Drive, Colada, Kala Ghoda… Bombay jamás deja indiferente.
Azul, rosa, blanca, amarilla. Todas en perfecta sintonía con el paisaje que las rodea. En el Rajasthan la realidad se confunde con la leyenda.
La esencia de la India. El viento de la vida, el de la muerte y el soplo de la espiritualidad se adhieren a la piel. No podréis escapar a su atracción.
Delhi es también la historia de once ciudades, fundidas en una metrópoli casi inabarcable... Una buena introducción a la India moderna y sus contradicciones.
Antigua capital de una dinastía rajputa, estos templos son un excelente ejemplo del arte indoario: en ellos están esculpidos reyes, dioses, guerreros, escenas cotidianas y escenas X. ¿Kama Sutra? ¿Sexo tántrico?
Con su cúpula reflejándose en las aguas de la «piscina de néctar», es una auténtica maravilla, el corazón mismo de las creencias sijs. Un lugar fuera de lo común, impregnado de fervor y con un ambiente fascinante.
Durante el crepúsculo, en los ghats de Har-Ki-Pairi que bordean el Ganges. Todos los días, al caer la noche, hindúes y turistas asisten al arathi, una ceremonia de lo más fascinante.
En dirección a Badrinath, el Ganges desciende la montaña desbocado. Siempre que no sea época de monzón, los aficionados a las sensaciones fuertes ¡disfrutaréis del rafting en los rápidos!
Un oasis alejado del frenesí de la ciudad donde el fervor laborioso está totalmente encaminado a la fabricación de estatuas de divinidades hindúes.
Tentar la suerte e ir a saludar a los tigres, entre áridas colinas y exuberantes valles.
Jaisalmer y Bikaner son centinelas del desierto del Thar. Todo incita a aventurarse en él y dormir en torno a un fuego de campamento, bajo las estrellas.
Los mercados indios son los más ricos que existen. Un derroche de olores y colores, una sucesión de puestos de comida, gentes... Por no mencionar las calles de las grandes ciudades especializadas en actividades concretas.
Paisajes sublimes, una fauna y una flora de una riqueza incomparable y una población muy mestiza cuyos orígenes se adivinan en la sonrisa de los niños.
Como en las Mil y una noches, alojados por los nobles rajputas del Rajasthan.
La cocina india es una de las más ricas y aromáticas del mundo. Existen dos tipos: la vegetariana y la no vegetariana. La del norte es no vegetariana. Si existe una constante son las especias. Los thalis son menús con arroz, dal (lentejas), currys de verduras y roti (panes). En los restaurantes caros no hay nada a mejor precio. Entre las especialidades: dal (lentejas y verduras, con arroz), curry (pollo, cordero, pescado o verdura en salsa), biryani y pulao (arroz con o sin carne)… Los panes son muy variados. Comedlos calientes, están mucho mejor.
La cocina callejera siempre resulta muy barata, pero tened mucho cuidado con la higiene. Los chaat son tentempiés: samosa (buñuelo de carne o verduras), pakora (buñuelo de verduras o paneer, queso). El bhelpuri es la especialidad de Bombay: garbanzos, patatas, arroz, fideos y cebollas con chutney. Encontraréis por todas partes vendedores de brochetas y especialidades regionales.