Galicia lo tiene casi todo, tanto en el plano monumental y artístico como en el geográfico y paisajístico, pasando de la costa (abrupta o plácida) a los fértiles valles y las viejas montañas, desde el colorismo de sus mil fiestas y ancestrales tradiciones hasta el moderno dinamismo de sus ciudades, de una gastronomía con productos de altísima calidad a un carácter humano algo desconfiado y muy individualista, pero sobradamente hospitalario y amable. Y por si fuera poco, atesora cuatro distinciones de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: el casco histórico de Santiago de Compostela y su catedral, el Camino de Santiago, la muralla romana de Lugo y la Torre de Hércules en A Coruña. Escondida detrás de sus montañas, Galicia es discreta, recuerda a una vieja señora que cuida con esmero sus costumbres, cultiva su jardín, prepara deliciosos platos, habla poco con sus vecinos y recibe con una dulce sonrisa a los viajeros.
Galicia tiene tres grandes aeropuertos internacionales, el de Lavacolla en Santiago de Compostela, el de Alvedro, en A Coruña y el de Peinador, en Vigo. Son varias las compañías aéreas que comunican con varios destinos nacionales. Renfe comunica Galicia por ferrocarril con el resto de España por el sur y FEVE, que opera en toda la cornisa cantábrica, desde el País Vasco hasta Galicia, con viajes de cercanías y a otras regiones próximas. Por carretera, la N 634 entra a Galicia por Ribadeo; por el sur, desde Madrid, la A 6 une la capital española con A Coruña; la N 525 y la A 52 (Zamora-Ourense-Vigo) entran en Galicia por Ourense. La A 52 recorre toda la parte sur de Galicia hasta llegar a Vigo. Todas estas vías están bien servidas de autobuses. También es posible llegar a Galicia por mar, viajando en alguno de los cruceros que salen, llegan o hacen escala en los puertos de Ferrol, A Coruña, Vilagarcía de Arousa y Vigo.
Hay una amplia red de autobuses que transita por toda la Comunidad y el tren es útil para desplazarse por la franja costera. Las carreteras están en excelente estado. Galicia, por supuesto, también se recorre a pie o en bicicleta a lo largo de los cientos de kilómetros que los distintos Caminos de Santiago dibujan en su territorio y que pueden prolongarse hasta el antiguo finis terrae, el fin del mundo, en el cabo de Fisterra.
Es fácil encontrar alojamiento barato en los campings y pensiones, pero también en las casas y otros alojamientos rurales (como los pazos), que ofrecen una excelente relación calidad-precio. Eso sí, si no vais en temporada baja (invierno), reservad con mucha antelación para estar seguros de encontrar un buen alojamiento al alcance de vuestro bolsillo. En la gama más alta, existen infinidad de hoteles de todas las categorías, así como algunos de los más bonitos paradores nacionales de España.
Una guía práctica y totalmente actualizada, ideal para realizar un corto viaje a Galicia. La guía está dividida en tres apartados. En el primero, titulado Diez Indispensables, se propone una selección de los lugares, curiosidades y tradiciones de la zona que no hay que perderse: El país de los mil ríos, La gaita y la muiñeira, Las cinco Rías Baixas, La Costa de la Muerte, El Camino de Santiago...
La ciudad del Apóstol se lo debe todo a las peregrinaciones y es en el presente una joya monumental declarada por la Unesco Patrimonio Mundial. La catedral y su maravilloso Pórtico de la Gloria, las plazas de los alrededores y las rúas paralelas son su principal reclamo, pero quedarse en esto supone sacrificar una ciudad ideal para callejear sin prisas y disfrutar de un conjunto monumental inigualable.
La Torre de Hércules, faro de origen romano, es la construcción más emblemática de A Coruña, luminosa ciudad de blancas galerías y el paseo marítimo más largo de Europa. Hermanada en 2008 con la estatua de la Libertad de Nueva York, la torre fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2009.
La muralla de Lugo, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, del siglo III, constituye el recinto defensivo mejor conservado del mundo romano. Envuelve un compacto casco antiguo donde destaca la bella catedral de Santa María.
En Europa pocos son los tramos de costa atlántica, a no ser los fiordos noruegos o el occidente irlandés, tan articulados y recortados como los gallegos. Las cinco Rias Baixas cuenta la leyenda que son la huella de la mano de Dios en Galicia. Pontevedra, buen punto de acceso a ellas, atesora un magnífico conjunto histórico, el mejor de Galicia después del compostelano.
Su nombre lo dice todo: un litoral agreste y batido por un océano en toda su plenitud, salpicado de islotes y poblado de faros para guiar unos navíos que, en el pasado y el presente, han sido fatalmente arrastrados hasta sus bajos, escollos y acantilados; un litoral, en suma, duro, bravío, marisquero, sobrevolado por gaviotas y cormoranes, con animados puertos y tabernas.
Ourense, sus termas y su maravilloso casco antiguo es el punto de partida ideal para adentrarse la Ribeira Sacra. En virtud de su riqueza natural, tradición monástica, paisaje de viña en terrazas semejante a la del Douro (Portugal) y riqueza artística, la Ribeira Sacra ha sido incluida en la Red Natura 2000 y propuesta a la Unesco como Patrimonio Mundial.
La presencia del sepulcro de un apóstol en Galicia consiguió generar uno de los movimientos, pleno de creaciones culturales y espirituales, más notables de la historia de la humanidad. Todos los años, decenas de miles de peregrinos caminan hacia Santiago de Compostela por esta ruta declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.
La Ribeira Sacra es el tesoro mejor guardado de Galicia. Sus rutas fluviales, cubiertas por catamaranes que navegan por los embalses del Miño y el Sil entre monasterios románicos y viñas centenarias, podrían competir con los cruceros más reputados de Europa.
Dado el incremento de su fama y las multitudes que la visitan en temporada alta, el acceso a la playa de As Catedrais, declarada Monumento Natural, ha sido regulado por la Xunta, siendo obligatorio retirar un pase antes de acercarse a ella siempre en marea baja, para conocer sus espectaculares formaciones, en particular los arcos horadados en el acantilado.
Durante la temporada alta parten de Vigo, Baiona y Cangas las embarcaciones hasta las islas Cíes, un paraíso natural que forma parte del Parque Nacional das Illas Atlánticas, provisto de limpias playas que pueden ser disfrutadas libremente.
La península de O Grove tiene su principal foco de atracción en la archiconocida y elitista isla da Toxa, transformada en balneario gracias al valor terapéutico de sus lodos y aguas alcalinas. Tras dar un paseo por sus jardines la cita obligada son los restaurantes de O Grove, con razón bautizado como “paraíso del marisco”.
Más de 300 lugares con aguas termales están dispersos por todo el territorio gallego, con veintiún balnearios, múltiples manantiales, pozas y casas de baños. Ourense es la capital termal de Galicia, pero son muchos los sitios donde relajarse con esta actividad que ya practicaban aquí los romanos hace 2.000 años.
Galicia tiene justificada fama de que en ella se come bien. Bien y barato, al menos proporcionalmente. No se trata en absoluto de una cocina muy elaborada sino todo lo contrario. Pero lo que la hace atractiva no es su sofisticada técnica culinaria sino la grandeza de sus materias primas, no solo las más excelsas, como los pescados y mariscos, sino incluso las más humildes, como las patatas. Riquísimas son las empanadas… de todo: desde el bacalao y el bonito hasta el cerdo y la perdiz, pasando por los berberechos y las sardinas. Y maravilloso el pulpo cocido en calderos de cobre, solamente aliñado con sal, aceite y pimentón. Para beber, unos vinos excepcionales, especialmente los blancos, incluidos algunos ribeiros, los valdeorras elaborados con la variedad godello, y especialmente los de denominación de origen Rías Baixas.
Los carnavales son muy festejados en Galicia. Los más importantes tienen lugar en Ourense, Verín y Laza. Pero no hay que olvidar las fiestas rurales más antiguas y algo paganas, como la rapa das bestas, durante la cual los caballos dejados en libertad en los montes comunales son agrupados para marcarlos, cortarles la crin y seleccionar aquellos que irán al matadero.
No se deben olvidar tampoco las fiestas históricas, muchas de ellas de origen reciente, como la de Catoira, donde tiene lugar un combate entre vikingos y gallegos. Igualmente recientes son las fiestas gastronómicas, que por lo general tienen lugar en verano. La fiesta autonómica, el día de Galicia, se celebra el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol.