Si en 2017 Francia dio la bienvenida a más de 89 millones de turistas, convirtiéndose en el país más visitado del mundo, por algo será. Y es que el territorio galo tiene los suficientes atractivos para satisfacer los gustos de muchos viajeros, desde el hechizo que ejerce París sobre los enamorados de todo el planeta, a los paisajes normandos plasmados en los cuadros impresionistas de Monet, o la espléndida arquitectura religiosa cuyo ejemplo más turístico es el Mont Saint-Michel. En verano se llenan las cosmopolitas playas de la Riviera francesa y la extensa red de canales navegables como el de Midi o el Loira, y en invierno las estaciones de esquí de los Pirineos y de los Alpes. Otra razón para visitar Francia es su gran tradición culinaria y vinícola en regiones como Burdeos o Champagne. Sin ninguna duda hay donde escoger, así que lo mejor es comenzar el viaje cuanto antes.
Dada la proximidad geográfica y la variedad de transportes y alojamientos preparar la estancia por nuestra cuenta es sencillo teniendo en cuenta que la temporada alta de cada localidad condiciona el precio del alojamiento y el transporte.
Se aconseja contratar un seguro médico y de viaje, que cubra las contingencias no incluidas en la Tarjeta Sanitaria Española. En caso de actividades de montaña, conviene que el seguro cubra explícitamente los eventuales gastos de rescate y evacuación.
Pasaporte/ DNI indistintamente. Si se piensa alquilar un coche es necesario también el permiso de conducir.
Debido a su tamaño y diversidad geográfica presenta una gran variedad de climas, aunque se podría decir que en general es templado. En el sur llueve menos que en el norte y hace menos frío en invierno. En las zonas montañosas, el invierno es largo y frío, con frecuentes nevadas.
Rige la misma que en la España peninsular (GMT+1) en cualquier época del año, ya que la adelantan y la atrasan a la vez que nosotros. El horario de comidas es más temprano que el español, pero los horarios de tiendas, museos, etc., son muy similares a los de nuestro país.
La moneda oficial es el euro (€). Las tarjetas de MasterCard y Visa se admiten en la práctica totalidad de sitios. El coste de la vida, los precios de los hoteles y restaurantes son más elevados que en España.
En casi todas las ciudades del país hay tarjetas turísticas (City Pass) que permiten utilizar el transporte urbano (autobús, tranvía, metro) y el autobús turístico, la entrada a museos, importantes descuentos para espectáculos, y otras ventajas. Suelen tener una duración de 24/48/72 horas y están a la venta en las oficinas de turismo o en sus páginas web.
Además de Madrid, Barcelona y París, otras ciudades españolas y francesas están comunicadas entre sí por vuelos regulares de Air France e Iberia, o por aerolíneas de bajo coste. También se puede viajar en trenes de alta velocidad Ave y SNCF (www.renfe-sncf.com) que comunican ciudades como París, Barcelona, Madrid, Marsella, Lyon, Toulouse, Montpellier o Gerona- y en autocar; para este último lo mejor es visitar las páginas de Alsa y de Eurolines para comprobar recorridos y horarios. Por otra parte, es muy sencillo utilizar un vehículo propio para visitar Francia, accediendo por la frontera de Irún desde el oeste o la de La Junquera desde el este.
Los medios de transporte más útiles para moverse dentro del territorio francés son el tren, con modernos TGV (Train à Grande Vitesse), tren de alta velocidad, que enlazan París con Lyon, Estrasburgo, Rennes, Nantes, Lille, Burdeos, Avignon, Montpellier y Marsella, y el autocar, cómodo y barato, muy conveniente para ir a los lugares a los que no llega el tren. En ciertas regiones -Valle del Loira, macizo de Luberon y Borgoña- hay senderos para bicicletas.
Si se viaja con vehículo propio hay que decir que por toda Francia hay una excelente red de carreteras y autopistas con abundantes estaciones de servicio. Las normas de circulación son prácticamente idénticas a las españolas. Es válido el carné de conducir español, pero además se debe llevar un documento de identidad y otro que acredite la propiedad del vehículo (permiso de circulación) y el seguro español.
Para todo tipo de alojamiento, es conveniente reservar con antelación sobre todo en temporada alta (Navidad, grandes acontecimientos y vacaciones escolares). Los hoteles están etiquetados con estrellas como en España, aunque el precio normalmente es más elevado. La infraestructura es excelente, existiendo en las grandes ciudades y lugares turísticos desde hoteles de lujo a económicos hostales, albergues juveniles y apartamentos turísticos, una opción cada vez más utilizada.
Dueña absoluta del paisaje parisino, es visitada anualmente por más de 7 millones de personas que tienen el privilegio de contemplar desde lo alto de sus 323 m unas excepcionales vistas de la ciudad. Para evitar las largas colas que se forman conviene reservar en internet.
Extrañas alineaciones de menhires, dólmenes tallados con símbolos indescifrables, túmulos de piedra cuya construcción es anterior a las pirámides egipcias: es imposible permanecer inalterable ante el misterio que aún envuelve esta "capital de los megalitos", probablemente uno de los centros más importantes del mundo en cultura prehistórica.
Quizá una de las visitas más emocionantes que se puedan hacer en Francia. Junto a las playas, cementerios y museos en memoria de los que dieron su vida aquel 6 de junio de 1944 para liberar a Europa del dominio alemán.
Patrimonio Mundial de la Unesco junto con su bahía, en la que se originan las mareas más altas de Europa, es un islote rocoso en el que se encuentra una abadía medieval. Tras las obras iniciadas en 2005, el monte vuelve a ser una isla cuando la marea sube, y un puente-pasarela lo une a tierra firme. Un lugar mágico.
De fácil acceso y situada a los pies del Mont Blanc, fue sede de los primeros juegos olímpicos de invierno en 1924. Los aficionados a los deportes de nieve disfrutarán con sus magníficas pistas, pero además hay un sinfín de alternativas como el espectacular teleférico que lleva hasta l'Aiguille du Midi para disfrutar de una impresionante vista desde 3.800 m de altura.… y de paso, dar un paso al vacío.
Se compone de tres carreteras que recorren la Costa Azul entre Niza y Menton y que ofrecen unas panorámicas extraordinarias de la costa Mediterránea. Escenarios de varias películas como Atrapa a un ladrón o Golden Eyes, se denominan Grande Corniche, la más elevada y espectacular construida por Napoleón I, Corniche Moyenne y Basse Corniche, la inferior, que permite el acceso a las poblaciones costeras.
Innumerables mansiones y castillos adornan las orillas del río Loira que, tras un recorrido de más de 1.000 km, desemboca en el océano Atlántico. Toda esta zona ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El acueducto romano de Pont du Gard fue construido entre los años 40 y 60 d.C. para llevar agua a la ciudad de Nîmes, una de las más importantes colonias romanas en la Galia, convirtiéndose en una muestra única del poder de la ingeniería de Roma. El ámbito natural en el que se encuentra intensifica aún más su belleza.
Pasar unos días en el parque temático más famoso de Europa no es solo cosa de niños. Atracciones para todos los gustos y para todas las edades así como reproducciones de lugares emblemáticos del universo Disney, como el palacio de la Bella Durmiente, el laberinto de Alicia en el País de las Maravillas, etc. La oferta se completa con Walt Disney Studios Park, centrado en la industria del cine.
Y no se trata solo de que visites el museo del Louvre en París donde se encuentra, sino de que logres divisar el pequeño cuadro de Leonardo da Vinci entre la multitud que se arremolina en torno a él. Convertido en un símbolo del museo pero también del arte en general, fue víctima de un robo en 1911, del que incluso se acusó a Picasso, apareciendo dos años después en Florencia.
Magnífico entorno natural, con excelentes playas y la reserva ornitológica de Banc d'Arguin, en el que se encuentra la duna de arena más grande de Europa, de unos 115 m de altura, con una cara hacia el mar y la otra hacia el bosque de pinos de la Teste-de-Buch. Hay que aprovechar para probar las famosas ostras de Arcachón.
El mejor momento para recorrerlos es durante el periodo de floración que suele tener lugar entre junio y agosto, dependiendo de la climatología. La mayoría están en el sureste de Francia, sobre todo en la Provenza. En la página oficial de turismo hay información actualizada sobre la floración y las diversas rutas.
La capitalidad cultural en 2013 le sentó de maravilla y sus antiguos barrios portuarios de mala reputación, como Le Panier, se han llenado de galerías de jóvenes artistas, agradables terrazas, tiendas de ropa de nuevos diseñadores, etc., que le han dado una nueva vida, un tanto bohemia pero muy atractiva.
Paseando por el puerto deportivo o, mejor aún, asistiendo al famoso festival de cine que se celebra todos los años durante el mes de mayo. La "alfombra roja" se instala en el Grand Auditorium Louis Lumière y por ella desfilan los personajes internacionales más mediáticos de la industria cinematográfica.
En lo alto de una colina rocosa, es la perfecta ciudad medieval amurallada tal y como la imaginaríamos. Atrae cada año a más de cuatro millones de visitantes que paseando por sus calles reviven el pasado de esta ciudad de cuento de hadas. El mejor momento para disfrutarla es al atardecer, cuando ya se ido la multitud y dormir en uno de sus establecimientos, un placer.
La carrera ciclista por etapas más importante del mundo se celebra durante tres semanas en julio por las carreteras más pintorescas de todo el país. Los ciclistas españoles han vencido en varias ocasiones destacando las cinco victorias de Induráin, las dos de Contador y, la primera de todas, la de Bahamontes en el año 1959.