La República del Ecuador, uno de los países más pequeños de Sudámerica, consta de una parte continental y de un archipiélago, por los que cruza la línea equinoccial que divide la Tierra en dos hemisferios. Las fronteras naturales albergan un país de cuatro mundos, como les gusta decir a sus habitantes: la sierra andina, la Amazonía, la costa del Pacífico y las islas Galápagos, un valioso refugio de vida salvaje a unos 1.000 km del continente. Cada mundo constituye un hábitat diferente con áreas naturales protegidas en las que existe una biodiversidad única en el planeta. No es por casualidad que por aquí pasaran científicos como Alexande r von Humboldt, La Condamine o Charles Darwin. Ecuador ostenta una gran conciencia medio ambiental; es un país con la voluntad de cuidar el tesoro natural que tiene y, además, de compartirlo con los demás.
Ecuador cuenta con la infraestructura turística suficiente y goza de la seguridad necesaria para que el visitante se mueva con total libertad. No obstante, resulta más cómodo organizar el recorrido, reservas y excursiones con una agencia de viajes antes de ir.
Es necesario viajar con un seguro que garantice cobertura médica u otros contratiempos del viaje.
El pasaporte con validez, mínima de hasta seis meses. Los españoles no necesitan visado. Solo es necesario vacunarse contra la fiebre amarilla si se va a visitar la Amazonía.
Para viajar a Galápagos: billete de avión de ida y vuelta, reserva de hotel, pago de tasa y tarjeta de control de tránsito emitida por el Consejo de Gobierno.
Por razones geográficas, existen en el país tres zonas climáticas distintas: Costa, Andes y Amazonas. En general, durante el invierno, (de diciembre a mayo), el tiempo es cálido y lluvioso. El verano (de junio a noviembre) es seco y con temperaturas frescas.
Si se van hacer actividades en la Naturaleza: calzado deportivo, ropa que cubra brazos y piernas, chubasquero y gorra. No hay que olvidar un botiquín de cuidados básicos que incluya remedios contra el mal de altura o soroche, antimosquitos y protector solar.
La moneda oficial es el dólar estadounidense. Sin embargo en algunos pagos en efectivo y cambios, sí se conservan las antiguas monedas nacionales. El pago con tarjeta está bastante extendido.
La manera más usual de llegar a Ecuador para los españoles es vía área. El vuelo dura entre 11-13 horas. El país tiene dos aeropuertos internacionales: Mariscal Sucre en Quito y José Joaquín de Olmedo en Guayaquil. En ambos aterrizan aviones de aerolíneas españolas e internacionales. Las compañías Iberia y Latam fletan vuelos directos desde España con destino a Quito.
Existe una red de transportes (avión, autobús, tren y barco) que comunica las principales localidades del país. Hay aeropuertos nacionales para vuelos domésticos. En la Sierra están los de Quito, Cuenca, Latacunga y Loja. En la Costa, los de Manta, Esmeraldas y Guayaquil. En la Amazonía, los de Tena y Coca. En Galápagos el principal aeropuerto es el de la isla Baltra.
La red de carreteras es buena, aunque las distancias son largas. Viajar en autobús por Ecuador es toda una experiencia, las terminales terrestres son peculiares, con gran trasiego de gente, escasa información y puntualidad relativa, pero es una forma de ahorrar y conocer otra realidad del país.
La empresa Ferrocarriles del Ecuador G&Q (Guayaquil&Quito Railway Company) cuenta con varias rutas turísticas que acercan la cultura a los pasajeros en un viaje ameno e ilustrativo. Más información en www.trenecuador.com.
Las principales ciudades, como Quito, Guayaquil y Cuenca, cuentan con alojamientos de todas las clases y categorías. Otra opción, con mucha aceptación, es la del turismo comunitario y sostenible dentro de alguna de las comunidades indígenas que hay por todo el país.
Ecuador, por sus grandes atractivos histórico-culturales y naturalísticos, constituye uno de los destinos más fascinantes y desconocidos de América del Sur. El país, que toma su nombre de la línea equinoccial que cruza al norte de la ciudad de Quito (Latitud 0º 00' 00'') y que divide la Tierra en los hemisferios Norte y Sur, alberga cuatro 'mundos' en los límites de su territorio, correspondientes a diferentes y singulares paisajes tales como la Sierra, la Costa, la Amazonía y las islas Galápagos...
La capital ecuatoriana se sitúa en el corazón de los Andes, a los pies del volcán Pichincha. Conserva un centro colonial, con palacios e iglesias barrocas, y barrios modernos con agradables parques y plazas.
Una sucesión de puestos de venta de artesanías que se celebra todos los sábados.
Uno de los puntos más turísticos de Ecuador, gracias a sus cascadas, balnearios y piscinas de aguas termales.
Ciudad mestiza, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, y excelente muestra del sincretismo cultural entre nativos y extranjeros.
El gran bosque lluvioso ocupa el 40% de la superficie total del país, con buenos accesos para su visita desde El Colca o Tena.
Producto de erupciones volcánicas, estas islas constituyen un museo vivo de ciencias naturales y un laboratorio natural en el que contemplar la teoría de la evolución de Darwin.
Sube al mirador del Panecillo en Quito para obtener una amplia panorámica de la capital.
Disfruta en el columpio de la Mitad del Mundo, relájate en unos baños termales o practica deportes de aventura en las proximidades de la localidad de Baños de Agua Santa.
Da un paseo entre las iguanas del Parque Seminario en la ciudad del Guayaquil, llamada la Perla del Pacífico.
Observa la rica y peculiar fauna y flora de las islas de Isabela, Santa Cruz o San Cristóbal, en Galápagos.
Navega a través de la selva amazónica por el río Napo, para conocer la increíble belleza de este paisaje y tomar contacto con alguna de sus culturas indígenas como los Yumbos.
Compra un sombrero de tejido de paja toquilla, típico del país. Lo han usado desde el presidente estadounidense Roosevelt hasta el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.