La más meridional de las capitales de la vieja Castilla, y también la situada a mayor altitud de todas las capitales de provincia españolas, posee uno de los recintos amurallados mejor conservados del mundo. Esta ciudad, que al viejo tópico que la define como "tierra de cantos y de santos" añade, desde 1985, el honor y la responsabilidad de haber sido declarada por la Unesco Patrimonio Mundial, sigue siendo, por fortuna, la permanente sorpresa de su escenario medieval y renacentista: un cofre pétreo lleno de piedras preciosas (iglesias, palacios, conventos), circundado por una corona de templos románicos y con el contrapunto de nuevas barriadas en las que se percibe un impulso modernizador.
Los aeropuertos más cercanos son los de Madrid (a 110 km) y Valladolid (120 km). Los trenes de Media Distancia y Cercanías, y líneas regulares de autobuses, conectan Ávila con el resto de capitales españolas y otras localidades de la provincia.
Las principales carreteras de acceso son: AP-51 Ávila-Madrid, N-110 Soria-Plasencia, N-403 Ávila-Toledo, N-502 Ávila-Talavera de la Reina, A-50 Ávila-Salamanca.
La concentración monumental, tanto intramuros como, sobre todo, al este de la muralla, hace de Ávila una ciudad idónea para recorrerla a pie. Es aconsejable, por ello, dejar el coche en los aparcamientos cercanos a la plaza de Santa Teresa, desde la que se alcanza con facilidad la mayoría de los lugares de interés. Otra opción es aparcar en las inmediaciones de la puerta de San Vicente, donde se localiza el Centro de Recepción de Visitantes. Un tren turístico realiza en unos 35 minutos un recorrido por los principales monumentos dentro y fuera de la muralla.
Ávila dispone de una amplia oferta de alojamientos de todas las categorías y precios. Algunos hoteles intramuros están instalados en antiguos palacios rehabilitados. En las localidades de la provincia, además de hoteles y hostales, existe una amplia oferta de alojamientos rurales, campings y albergues.
Una guía práctica y totalmente actualizada, ideal para realizar un corto viaje a Ávila, Patrimonio de la Humanidad, y sus alrededores. La guía está dividida en cuatro apartados. En el primero, titulado Diez Indispensables, se propone una selección de los lugares, curiosidades y tradiciones de la ciudad y su provincia que no hay que perderse...
Símbolo de la ciudad de Ávila, su famosa muralla es, sin duda, la más íntegra, antigua y mejor conservada de España y quien mejor contribuye a definir su imagen de recinto monástico y guerrero.
Soberbio templo cuyo aspecto exterior de fortaleza completa y realza el contorno amurallado. Está considerada la primera catedral gótica de España.
En uno de los lados de la céntrica plaza de Santa Teresa, la iglesia de San Pedro, de los siglos XII-XIII, eleva su austera fachada principal calada por un amplio rosetón goticista sobre la portada con arquivoltas.
De un soberbio estilo románico, lo primero que sorprende en ella es la grandiosidad de su fábrica y su intacta belleza. Torres, portadas y ábsides forman un conjunto único y de gran valor artístico.
Una de las tres joyas monumentales de la ciudad abulense y un magnífico ejemplar del gótico isabelino.
Bautizada por Unamuno como "techo de Castilla" es como un gran espinazo rocoso tendido en el tercio sur de la provincia. En el Macizo Central muchas cumbres superan los 2.000 m, sobrepasando a todas la del pico Almanzor (2.650 m).
El viajero tiene la posibilidad de contemplar la ciudad con una nueva perspectiva. Desde el adarve se atisba la recia espiritualidad de las piedras catedralicias y la plaza de Santa Teresa, la espadaña de Santo Tomás, el paseo del Rastro…
Desde el humilladero abierto formado por cuatro pilares de granito que rodean una sencilla cruz se obtiene la panorámica más completa del perfil amurallado de la ciudad y del escenario circundante.
La ciudad se encuentra impregnada por la huella de Santa Teresa. Se puede seguir una ruta por los edificios donde la mística habitó. En el convento de la Encarnación pasó la santa cerca de treinta años; allí fue donde brotaron las experiencias místicas.
En el límite con la provincia de Madrid y dentro del término municipal de El Tiemblo, los toros de Guisando pacen en un silencio milenario. Son cuatro figuras zoomorfas labradas en piedra berroqueña y están allí desde los siglos III-II a.C.
Buenas carnes, truchas del Tormes y dulces artesanos son la base de la cocina abulense, que también se acompaña de guisos cuando el frío aprieta. Son famosos los tostones, asados, cuchifritos, matanza, caza y la suculenta ternera de Ávila, de gran calidad y denominación de origen, igual que las judías de El Barco, "con chorizo, oreja, un pellizco de pimentón y cariño". En cuanto a los dulces: bollos, tortas, rosquillas, las tradicionales y célebres yemas de Santa Teresa, los huesillos fritos o las glorias de Ávila. Y los vinos de Cebreros, que riegan buenas tapas en los muchos bares y mesones.
Las fiestas patronales giran en torno al recuerdo de Santa Teresa de Jesús (15 de octubre). Junto a ellas, son destacables la austeridad de la Semana Santa y las fiestas de verano, a mediados de julio. Otras celebraciones veraniegas son la Semana de Polifonía y la Ronda de Leyendas, en junio. El calendario de citas culturales se completa con una variada programación musical: la Semana de la Mujer Cantora (febrero), las Jornadas de Canto Gregoriano (abril y mayo); los conciertos "Ávila a la Luz de las Velas" (agosto), Ávila en Clave de Luna (agosto), o la Semana de Música Antigua (octubre). Mención aparte merece el Festival Internacional de Circo de Castilla y León: Cir&Co.