Capital de la Comunidad de Extremadura, Mérida fue en tiempos también capital de la próspera provincia romana de Lusitania. Cuando el emperador Octavio Augusto decidió fundarla, en el año 25 a.C., recibió el nombre de Emérita y la situó en un enclave estratégico, y hoy la ciudad conserva todavía algunos de los monumentos más emblemáticos de la Hispania romana. En la actualidad esta bella ciudad se ha convertido en centro turístico de primer orden y en un importante núcleo administrativo y comercial. Un amplio y variado recorrido, donde encajan lo antiguo y lo vanguardista, espera en las calles de Mérida. Las edificaciones religiosas, los templos y museos, los puentes, arcos y acueductos -es decir, las huellas de la Roma clásica- son visibles a cada paso que damos, lo que llevó a la Unesco a declarar el conjunto arqueológico Patrimonio Mundial.
Mérida ocupa una posición estratégica en las comunicaciones por carretera, por lo que el coche y el autocar suelen ser los mejores medios para llegar a la ciudad. Las principales carreteras de acceso son la autovía Vía de la Plata A 66 en el eje norte-sur (Gijón-Sevilla) y la A 5 en el eje este-oeste (Madrid-Lisboa). Está comunicada con autobús con las principales capitales españolas. Solo existen trenes regionales o Intercity para llegar a Mérida, lo que supone trayectos de más de 5 horas desde Madrid o de 3 horas desde Sevilla, por ejemplo. El aeropuerto más próximo a Mérida es el de Badajoz, a 45 km.
El coche es casi imprescindible para llegar a Mérida, pero no para moverse por la ciudad. Lo mejor es aparcarlo y reservarlo para las excursiones por los alrededores. Moveos a pie por la ciudad, pues casi todo está muy cerca (a menos de 10 minutos en el centro histórico), y usad el autobús para llegar a los sitios de interés más alejados. Cerca del teatro romano tiene su parada el típico tren turístico que recorre los principales monumentos.
El valioso conjunto monumental, el magnífico museo ideado por Rafael Moneo, el Festival de Teatro Clásico, la capitalidad de la Comunidad… atraen a multitud de turistas durante todo el año. Para acoger esta demanda, la oferta hotelera es amplia y variada, aunque conviene reservar.
La ruta por el pasado romano de Mérida comienza en su teatro, inaugurado en el año 15 a.C. y aún hoy en funcionamiento gracias al Festival Internacional de Teatro Clásico, que se celebra todos los veranos.
El anfiteatro, de trazado elíptico y grandes dimensiones, se construyó en el año 8 a.C. y tenía aforo para unos 15.000 espectadores.
Uno de los museos imprescindibles en la ciudad de Mérida. Diseñado por el prestigioso arquitecto español Rafael Moneo e inspirado en cierta manera en la arquitectura romana, atesora las piezas que las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz.
El circo, el acueducto de los Milagros, el pórtico del Foro, el arco de Trajano, el templo de Diana, el puente romano, la casa del Mitreo, los Columbarios… son otros ejemplos del riquísimo patrimonio monumental de Augusta Emérita.
El puente de Lusitania es el símbolo de una Mérida que respeta su pasado pero no vive anclada en él. También forman parte de este nuevo rostro de la ciudad la Biblioteca Pública del Estado o el Palacio de Congresos y Exposiciones.
15 km al nordeste de Mérida, este parque abarca más de 10.000 hectáreas de alcornocales y encinares que son un paraíso para senderistas y amantes de la naturaleza tanto por sus paisajes como por su rica flora y fauna.
Aparte de ser el teatro más notable de la Península, también es el único edificio romano que ha recuperado su función original, ya que en él se celebra este prestigioso festival durante julio y agosto.
Las luchas entre gladiadores se pueden presenciar aún hoy durante la celebración de este festival, que recrea la vida cotidiana en tiempos de la colonia romana y utiliza algunos escenarios históricos de la ciudad.
Mérida prosperó a orillas de un gran río, el Guadiana, y hoy más que nunca el paisaje fluvial y los verdes parques que lo bordean son un tonificante contrapunto a los paseos por el casco antiguo, entre piedras venerables.
Sin duda, contemplar los monumentos de Mérida o las dehesas del Parque Natural de Cornalvo desde el aire es una experiencia única e inolvidable, y hacerlo en un globo aporta un matiz romántico y aventurero al que es difícil resistirse.
En la carta emeritense no faltan sopas frías (gazpacho, ajoblanco…) y ensaladas (cojondongos, zorongollos, jilimojas…), que se benefician de las hortalizas cultivadas en las vegas del Guadiana. Los escabeches con pescados de río (carpa, tenca, trucha), los platos de caza (conejo al estilo de Mérida) y los guisos tradicionales (migas, caldereta de cordero…) se completan con una buena oferta de tapas, que explotan la rica despensa extremeña: jamones y embutidos, quesos (La Serena, Torta del Casar…), aceites, el pimentón de La Vera, las cerezas del Jerte, o excelentes carnes (ternera, cordero…). Y todo ello regado con los vinos de la DOP Ribera del Guadiana.
La Semana Santa resulta muy emotiva porque las procesiones pasan por los principales enclaves monumentales, desde el puente romano al templo de Diana. Emerita Lvdica, en junio, es un programa de actividades basadas en la recreación de la vida cotidiana romana. En julio y agosto se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico, en el inigualable marco del teatro romano, que además de teatro programa ópera, ballet o música clásica. Stone & Music, en septiembre, es otro festival musical que también tiene como escenario el teatro romano, y cuya programación incluye los más variados estilos. La Feria se celebra a principios de septiembre.