Si comparásemos una ciudad con un ser vivo, tendríamos que recurrir a Berlín, la ciudad que nació, creció, se echó a perder, renació, fructificó y evolucionó hasta convertirse en la metrópoli actual, una capital joven aunque cargada de experiencia, de historia y contradicciones. Una ciudad en la que el siglo XX ha descargado buena parte de sus episodios más turbulentos: káiseres, Weimar, incendios, Bauhaus, Juegos Olímpicos, nazismo, espionaje, reunificación… y hoy, Berlín se muestra sosegada. Los coches avanzan por sus calles sin prisa y las bicis imponen su ritmo. Un sinfín de parques hacen que todo ruido quede amortiguado. ¡Hay tanto que ver y visitar en sus museos, galerías, teatros y clubes musicales!
Hay numerosas aerolíneas que ofrecen vuelos directos desde diferentes ciudades españolas. Desde las económicas Ryanair y easyjet hasta Iberia y Luftansa.
Lo mejor es desplazarse a pie, en metro o bicicleta por el centro de Berlín, y utilizar el transporte público para acceder a los puntos más alejados.
La red de metro (U-Bahn) y autobuses (BVG) ofrece billetes especiales para los turistas así como la red de trenes suburbanos (S-Bahn).
Las líneas de autobús 100 y 200 son muy recomendables ya que recorren la avenida Unter den Linden desde la puerta de Brandeburgo hasta Alexanderplatz con paradas en todos los puntos de interés.
Los taxis son de color crema y llevan un cartel de TAXI en la parte superior y taxímetro. Hay paradas cercanas a los lugares de interés y también se pueden parar mientras se encuentran en circulación.
Existe una gran variedad de alojamientos, con opción para encontrar hospedaje según las demandas y posibilidades económicas de cualquier viajero. Los hostels son una buena opción ya que son limpios, confortables y económicos. La mayoría dispone de habitaciones dobles, buena información turística y alquiler de bicicletas.
Esta guía práctica y manejable, resulta ideal para realizar un viaje a Berlín, extensa ciudad situada en el centro de Europa y referente cultural de obligada visita. En el apartado, Una mirada a Berlín, se hace un breve recorrido por la historia de la ciudad, su población, su cultura, su naturaleza y paisaje, terminando con una breve lista de personajes berlineses que han pasado a la historia...
La obra acristalada de Norman Foster invita a reflexionar sobre la democracia moderna alemana a la vez que ofrece vistas sorprendentes de la ciudad.
Nada más caer el muro, 118 artistas de 21 países diferentes decoraron el antiguo lado oriental con murales relacionados con los cambios políticos sucedidos en 1989 y 1990, con la esperanza de un mundo mejor.
Desde 1999, la Isla de los Museos de Berlín en el río Spree constituye un conjunto arquitectónico y cultural elevado a la categoría de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Los cinco museos de la isla son: el Museo de Pérgamo (Pergamonmuseum), el Museo Bode (Bode-Museum), el Museo Antiguo (Altes Museum), el Museo Nuevo (Neues Museum) y la Antigua Galería Nacional (Alte Nationalgalerie).
Uno de los monumentos más representativos de Berlín y por tanto visita obligada ya no solo por su valor artístico sino por toda la historia que ha vivido y, de las 18 puertas de entrada a la ciudad que tenía, esta es la única que sigue en pie.
Este memorial está dedicado a los seis millones de judíos que murieron víctimas del Holocausto, nos recuerda las atrocidades del nazismo. Fue diseñado por el arquitecto neoyorquino Peter Eisenman e inaugurado en 2005.
Esta enorme plaza es uno de los centros neurálgicos de la ciudad y en ella se puede ver el Reloj Mundial, una gran estructura de metal que rota sin parar y muestra la hora de todo el mundo.
Es el símbolo de la ciudad y con sus 368 m es el edificio de acceso público más alto de Europa. Arriba se encuentra un mirador y justo encima un restaurante que gira 360º cada media hora.
En el parque urbano más querido por los berlineses podemos, entre otras cosas, visitar el zoo, contemplar la Columna de la Victoria (Siegessäule), tomar un refresco en el Café del Neuer See o admirar el Monumento a Bismarck.
Desde la cubierta se pueden contemplar de cerca las fachadas de los edificios más antiguos y modernos de la ciudad. A bordo disponen de audioguías en español lo que invita a conocer la historia y las curiosidades de los monumentos que se observan durante el recorrido.
Un gran número de grafitis colorean, alegran y remueven conciencias en las calles de Berlín, especialmente en Friedrichshain y Kreuzberg. La Strassenkultur (cultura de las calles) es un arte efímero que corresponde al espíritu de la ciudad.
La comida rápida y barata de Berlín es la salchicha bañada en kétchup y curry. La fama la tiene el chiringuito Curry 36 de Hardenbergplatz, junto a la estación de Zoo.
Los domingos, en el barrio de Preuzlauer Berg, al lado del parque Mauerpark se celebra un popular mercadillo al aire libre al que acuden todo tipo de vendedores y compradores, la mayoría no profesionales. Aquí se ve de todo: ropa, discos de vinilo, instrumentos musicales, bicicletas…
Una costumbre muy alemana es quedar a desayunar los sábados y domingos en un bar. El Brunch es casi un rito que suele durar de 11 h a 14 h. El bufé consta de zumos, fruta, platos calientes y fríos.
Entre los platos más difundidos están el Eisbein (codillo de cerdo) y el Rippen Kassler (chuletas de cerdo ahumadas), las Bouletten (albóndigas con ensalada de patatas), la Aalgrün (anguila hervida con salsa de eneldo) y las Kartoffelpuffer (tortitas de patata con salsa de manzana).
En Mitte suele haber público joven dispuesto a tirar la casa por la ventana. Es la parte más turística de Berlín.
Berlín no tiene hora de cierre de locales. Normalmente están abiertos hasta las 12 h de la noche, los fines de semana hasta las 4 h.