Los vampiros han vivido en nuestra imaginación desde hace cientos de años a través de la literatura, el cine, la televisión y, también, los viajes… Y son muchos los destinos vampíricos que podemos encontrar a lo largo y ancho del mundo que han servido precisamente de enclave cinematográfico para contar la historia de grandes figuras vampíricas. Con Halloween a la vuelta de la esquina, queremos quedarnos con 3 de estos destinos protagonizados por vampiros clásicos, los de mordisco en la yugular, crucifijo y ajo.
Además, si te quedas con ganas de más puedes echar un vistazo al libro se Sergio Moreno, el autor de Rutas vampíricas, licenciado en Historia del Arte, Máster en Estudios Literarios de la Universidad Complutense de Madrid y profesor y externo en literatura y cine, donde realiza un exhaustivo recorrido por los territorios vampíricos del cine y de la literatura universales: desde los castillos de Transilvania y Eslovaquia, hasta la abadía de Whitby en Yorkshire, las decadentes mansiones de la Luisiana francesa, las calles de Nueva Orleans, el Forks de Crepúsculo, el París postrevolucionario y el cementerio de Père Lachaise, la Nueva York y el Bajo Manhattan de los años 80, el gélido Estocolmo o la casba de Tánger, pasando por la californiana Santa Cruz, así como por otras geografías ficticias de lugares que nunca existieron, como Jerusalem's Lot, pero se parecen mucho a otros que existen.
¡Toma nota y viaja por el mundo a través de los personajes con los colmillos más afilados de todo el cine!
Eslovaquia, tierra de castillos sangrientos
Como buen país centroeuropeo Eslovaquia también tiene una relación muy cercana con los vampiros. La riqueza del folclore eslovaco distingue a una variante eslovaca que se ha convertido en el segundo personaje vampírico más famoso después de Drácula: Báthory. Un personaje femenino icono del mal absoluto e infernal.
Sin embargo, esta leyenda famosa por sus míticos baños de sangre dentro del Castillo de Čachtice (situado en la actual Eslovaquia y el cual puedes visitar), no llegó al público europeo hasta más de un siglo después cuando se convirtió en un tema apasionante para los intelectuales del Siglo de las Luces. Y fue en 2008 cuando surgió su adaptación al cine por el director Jurak Jakubisko, titulando el largometraje como Báthory, la condesa de sangre.
Pero la Condesa Sangrienta no es el único ser obsesionado con la sangre de sus víctimas, y si hay una película de vampiros rodada en este país que ha pasado al olimpo del séptimo arte, es Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, dirigida por Friendrich Wilhelm Murnau hace más de un siglo, en 1922.
El film enclavó su grabación durante el verano de 1921 en el conocido Castillo de Orava, uno de los lugares más impresionantes de Europa por su tamaño y su ubicación, digno de visitar. En la película, Murnau, debido a su poco presupuesto, rodó solo en los exteriores del castillo, pero la llegada del segundo director de este film, Jonathan Harker, al viejo castillo fue icónica y se puede observar el majestuoso edificio centroeuropeo desde todos los encuadres elegidos.
Nueva Orleans, y más allá de Nueva Orleans
Puede ser que hayas leído la novela de Anne Rice Entrevista con el Vampiro o no, pero lo que seguramente has hecho es ver la película que protagonizaba Tom Cruise muy bien acompañado por Brad Pitt y Antonio Banderas. Si quieres conocer el mundo de Lestat (el personaje de Cruise) tendrás que viajar a Nueva Orleans y comenzar tu visita por el Cementerio de Lafayette (el lugar en el que Lestat convierte a Louis (Brad Pitt en la película) en vampiro; recorrer el French Quarter, la parte más antigua de Nueva Orleans, así como la Catedral de St Louis, otro de los pasajes más sugerentes de este largometraje, cuya fachada se alza imponente y blanca con sus verticales torres coronadas por chapiteles y donde destaca el reloj Victoire.
Junto a este clásico del cine vampírico, son muchos otros los que han convertido a las tierras de Lusiana, el estado al que pertenece Nueva Orleans, en un lugar ideal para la ficción vampírica que tienes que visitar. Luisiana y el Misisipi, por ejemplo, son protagonistas en esta ocasión de la novela de vampiros del creador de Juego de Tronos, Goerge R.R. Martín, Sueño del Fevre de 1982. Y, Shreveport, Doyline, Clinton y el Parque Nacional del Lago Bistineau, tres pueblos en las inmediaciones de Baton Rouge, son nada más y nada menos que el enclave cinematográfico de la famosa serie de HBO True Blood (2008-2014), donde los vampiros conviven con los humanos gracias a una bebida japonesa elaborada con sangre sintética.
Nueva York, un mordisco a la gran manzana
Nueva York es la ciudad cinematográfica por excelencia. No hay rincón de Manhattan o Brooklyn que no haya sido inmortalizado en algún film, y el mundo vampírico no se queda atrás. En 1983 Tony Scott adaptó al cine la novela homónima de Whitley Strieber: El ansia (The Hunger, 1981). La película, al igual que la novela, desarrollaba una trama vampírica en Nueva York donde Miriam (Catherine Deneuve), una vampira muy vieja, vive en una preciosa casa en Manhattan con su compañero, el vampiro John (David Bowie), que envejece muy rápidamente.
Asimismo, en la década de los 90 sería otro director de culto, Abel Ferrara, quien volvería a llevar a los vampiros hasta la ciudad de Nueva York con su film The Addiction (1995). En tu viaje a la gran ciudad, puedes acercarte a visitar los lugares donde se rodó todo el largometraje llegando a Trinity Church Cemetery, en el Bajo Manhattan, donde concluye la película.
Junto a estos filmes, se suma la aclamada adaptación de la novela de Richard Matheson Soy Leyenda (1954). Una historia apocalíptica de vampiros que transcurría en Los Ángeles, pero que los productores decidieron llevar a la Gran Manzana en 2007 con Will Smith como protagonista para rodar en lugares tan emblemáticos como el puente de Brooklyn o Times Square. Si el viajero quiere puede acercarse en este viaje incluso a la propia casa donde Will Smith resistía los embates vampíricos en la plaza de Washington Square número 11.
Este Halloween, atrévete a explorar los destinos vampíricos más icónicos del cine y siente la emoción de caminar entre leyendas y escenarios inmortales.
¡Feliz viaje!