Hace un año abrió sus puertas el primer faro español convertido en hotel. Ciertamente, ya hay varios alojamientos alumbrados por faros, como O Semaforo de Fisterra (A Coruña), El Far (Llafranc, Girona) o Faro Jandía (Fuerteventura), pero el hotel de Isla Pancha (Ribadeo, Lugo) será el primero ubicado dentro del mismo faro. Si te decides por hacer esta escapada no olvides en tu equipaje nuestra Guiarama de Galicia o nuestra Trotamundos, que te ayudaran a recorrer los alrededores y disfrutar de una salida inolvidable.

Los avances tecnológicos han ido arrinconando la figura del sacrificado farero, que debía llevar una existencia solitaria en los puntos más remotos de nuestras costas para encender cada noche la linterna que orienta a los barcos en la oscuridad. De los 187 faros españoles son muy pocos aquellos en que todavía reside el torrero, pero todos se encuentran en enclaves privilegiados, siete están catalogados por su valor patrimonial, y se han reconocido valores culturales excepcionales en otros 130.

Faro de Isla Pancha, Ribadeo

Para que estas torres legendarias no caigan en desuso, Puertos del Estado ha puesto en marcha un plan para reutilizarlos como destino turístico, siguiendo la experiencia de otros países que han desarrollado iniciativas similares, como Sudáfrica, Noruega, Inglaterra, Escocia o Irlanda. El primero que acogerá huéspedes en la torre será el ya citado faro de Isla Pancha, pero se espera que en los próximos meses se aprueben los proyectos para dar un uso turístico a los faros de Punta Cumplida, en la isla de La Palma (Canarias) y el de Trafalgar, en la provincia de Cádiz. El de Isla Pancha, en la entrada de la ría de Ribadeo, se inauguró en 1860 y estuvo operativo hasta 1983, cuando entró en funcionamiento una nueva torre pintada con las clásicas franjas azules y blancas. Al atardecer ofrece unas vistas que dejan sin aliento, al igual que el Trafalgar, que también se encendió en 1860 y tiene la playa de Zahora a un lado y Caños de Meca al otro. El de Punta Cumplida es una oscura torre de mampostería que entró en servicio en 1867 y que en 2011 se convirtió en el primer faro de Europa en emplear lámparas LED de alta potencia.

Faro de Trafalgar, Cádiz

Si el proyecto cuaja, quizá en los próximos años podamos despertarnos entre las paredes de faros míticos por sus paisajes, como los de Finisterre (A Coruña), Cabo de Gata (Almería), Formentor (Mallorca), Torre de Hércules (A Coruña), Cavalleria (Menorca) o Cabo de Palos (Murcia), entre otros. De momento, eso ya es posible en países de nuestro entorno, eso que estás descubriendo con las guías Trotamundos Routard y donde los faros se cuentan entre los alojamientos más codiciados por aquellos viajeros que buscan la tranquilidad y el máximo contacto con la naturaleza o que aman los mares embravecidos. En Escocia, por ejemplo, el más famoso por su espectacular entorno es el Corsewall Lighthouse Hotel, pero hay una veintena de hoteles en faros repartidos por toda la costa, y en Inglaterra hay otros 30, la mayoría situados en Cornualles, que se alquilan como casa completa o se gestionan como Bed & Breakfast, como el singular faro de Belle Tout, a un par de horas en coche de Londres. Irlanda cuenta con faros tan espectaculares como el de Wicklow Head, con dos habitaciones y un bonito saloncito, todo octogonal, como la forma de la torre del siglo XVIII. Y en Bretaña (Francia) es muy conocido el faro de Kerbel (Rialtec), ya que se puede dormir en lo alto de la torre, donde antaño estuvo la linterna, y disfrutar de una panorámica de 360º a 25 metros de altura.

Torre de Hércules

Noruega, Holanda y Estados Unidos son otros países con una notable oferta de habitaciones en faros, pero si lo que buscáis es auténtica soledad, entonces hay que desplazarse a la costa alemana, concretamente a Bremerhaven, y adentrarse 45 kilómetros en el mar: a la torre roja y blanca del faro de Roter Sand solo se puede llegar en barco y con buen tiempo. Tampoco abundan los lujos: las bebidas alcohólicas están prohibidas, no hay calefacción, ni televisión, ni wifi, solo hay una habitación con tres camas y los huéspedes se tienen que traer toallas y sacos de dormir. Eso sí, la experiencia es inolvidable (y nada barata: cuesta más de 600 € por noche). Igual de solitario, pero menos espartano, es el faro de la isla de Porer (Croacia), y además está a solo 2,5 km de tierra firme. Y si el aislamiento y el rumor del mar os abruman, también se puede dormir en un faro tierra adentro y rodeado de bullicio. Concretamente, en el hotel Bell Rock, una réplica de un faro de Nueva Inglaterra ubicado en Europa Park, el parque de atracciones alemán situado entre Friburgo y Estrasburgo. En este faro, sin embargo, es difícil que uno perciba el aura literaria e histórica que impregna estas estructuras, tan seductoras que residir en ellas, aunque solo sea unos pocos días, ya es una tendencia asentada entre aquellos viajeros que buscan experiencias poco habituales.

Faro de Sussex, Inglaterra

 

Texto: Francesc Ribes.

Fotos:123 RF